#2 Flashback

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Kate's pov:

Abrí lentamente la puerta del balcón. Podría haberse detenido el tiempo, pero no lo hizo. Podría haber hecho minutos antes como si no hubiera oído sus golpes en el cristal de la puerta.

Cuando abrí la puerta salté y abracé a Liam. Le había echado mucho de menos y no podía creer que él estuviera aquí. (Aunque hubiera preferido que hubiera entrado por la puerta)

-¿Qué haces aquí?-le pregunté cuando entró en la habitación y se sentó en mi cama.

-He visto cosas desde mi ventana. A Ben gritándote y sentado en la entrada de la casa de Molly. Le vi tirando un papel echo añicos y sé que se ha enfadado conmigo por no haberle regalado nada. Tenía que haber leído el papel. -me confesó.

-Bueno, tu también podrías haberle regalado algo más que un simple papel.-le reñí yo. Puede que Liam sea uno de mis mejores amigos, pero Ben es mi hermano y yo le quiero mucho.

-¿De qué parte estás?-me contestó mostrando una de esas sonrisas que había extrañado tanto.

-¿Acaso hay bandos aquí? Sois mejores amigos, no os enfadéis por un simple papel.

-Enserio tenía que haber leído el papel. Él es también mi mejor amigo y no quiero que se enfade por eso, pero... -acabó mirando al suelo, sé que siempre que él está triste hace lo mismo. No quiere mostrarse débil a la gente y siempre oculta su cara triste, Pero yo le conozco.

-Liam. -le corté.

Él alzó la cabeza para verme y vi que sus ojos se habían puesto de un color rojizo.

-¿Tienes el collar?-me preguntó. Él tenía la voz llorosa y sé que intentaba cambiar el tema.

Asentí con la cabeza y me dirigí hacia el escritorio donde había dejado el collar.

Se lo acerqué y él lo cogió con mucho cuidado.

-Siempre tienes que creer en ti misma Kate. Sé que a ti te cuesta eso y por eso quería regarte esto, para cada vez que te levantes por la mañana y mires el espejo que hay en frente de tu casa en Nueva York veas el collar y pienses en mí, pienses en que tienes que soñar todos los días y olvidarte de ese pasado que te hace vulnerable, que solo sea un recuerdo y piensa que hay un futuro mejor. Quiero que te acuerdes que todos cometemos errores y que somos jóvenes y esa es la edad cuando hay que cometer todos los errores posibles, para luego ir arreglándolos y aprender de ellos. Cree Kate. Todo se basa en la fe y la esperanza que tengas.

A Liam siempre le había gustado la filosofía y la poesía. Él siempre había querido algún día escribir, escribir sobre todo los problemas que pasan por la mente humana y como solucionarlos.

Para él un problema siempre tenía solución, pero solo había que pensar. Él pensaba todo con un lápiz y un papel.

-Gírate.-me ordenó.

Y eso hice, me giré dándole la espalda. Él apartó el pelo que me caía sobre la espalda y me puso el collar, el contacto de su mano en la piel de mi espalda me hizo cosquillas.

-¿Qué decía en el papel?-le pregunté cuando me giré.

Él se tiró hacia atrás hasta que se quedó tumbado en la cama, yo hice el mismo gesto y nos quedamos los dos tumbados el uno al lado del otro mirando hacia el techo.

-Algo muy importante que no puedo decir con palabras, solo escribiendo.-me contestó.

Sé que si Liam no puede expresar algo en alto era grave a si que decidí cambiar de tema.

-¿Mañana vamos a patinar?-le pregunté.

-No lo sé.-me respondió solamente.

No respondí nada. El aire se había vuelto tenso y no quería que unas palabras desperdiciaran el momento.

Él se levantó poco a poco y después se acercó a la puerta del balcón. Yo le seguí por detrás y Liam abrió la puerta pero antes de salir al balcón me dijo:

-Aprovecha cada momento Kate. Aprovéchalo como si fuera único. A lo mejor mañana no puedes volver a hacerlo.

Cerró la puerta lentamente y sus últimas palabras me rebotaron en la mente.

¿A qué vino eso?

Me volví a tumbar en la cama, me eché la manta encima y apagué la luz.

No me quedé dormida pronto, todas sus palabras volvían a resonar en mi cabeza.

Unos golpes otra vez me despertaron. Todavía era de noche y esta vez supe que eran del balcón.

No estaba Liam Ward allí.

Abrí el balcón y me encontré una nota pegada con celo al suelo. Estaba echa de pequeños trozos rotos y pegados con celo: la carta que Liam había escrito a Ben.

Querido Ben,

Sé que no te apetecería solo tener de regalo una nota, pero me conoces bien y sabes que yo me expreso mejor con palabras que con gestos o símbolos. Quería decirte que estos meses  a ti y a tu hermana os he echado de menos. Megan y yo hemos roto y Jackson no me habla. Mi hermana Mia se ha enfadado conmigo ya que nuestros padres la han castigado sin salir con sus amigas cuando les conté que había acabado bastante mal después de una fiesta. Estoy cada vez más solo y estoy esperando ya la llegada del verano.

Todo se esta complicando: me duele un montón la cabeza y no sé de qué puede ser. No es solo un dolor de unas horas y se te va, no, es un dolor que me ha durado ya más de una semana.

No quiero decírselo a mis padres por si se preocupan pero al final se lo tendré que decir, he decidido decírselo mañana y así poder ir al médico.

Ya solo quedan dos semanas para el final de las clases: dos semanas y nos vemos.

Estoy preparando todas las actividades posibles para este verano.

Con cariño,

tu mejor amigo Liam.

El corazón me latía muy fuerte. Debía de ser algo muy fuerte su dolor de cabeza porque si no, lo hubiera expresado en alto, en vez de con un lápiz y un papel.

Liam Ward estaba enfermo y solo quería que lo supiese Ben. A lo mejor después se arrepintió y quiso decírmelo a mí.

Con la nota en la mano, cerré la puerta y apoyé mi cabeza en la puerta de cristal del balcón. Sin darme cuenta me quedé dormida.

-¿¡Kate!? ¡Kate ábreme la puerta!

Unos gritos poco familiares me despertaron de mi sueño. Al principio pensé que todo había sido un sueño, pero cuando vi la nota en mi mano, vi que todo era realidad. Y también que había alguien golpeando en la puerta de mi balcón y no era Liam Ward, era una chica.

Una chica bastante parecida a Liam: pelo castaño y ojos color avellana, su hermana Mia.

Liam tenía dos hermanas: Mia, su hermana mayor de veinte años y Tiffany su hermana melliza.

Abrí la puerta y ella exclamó:

-¡Tienes que llamar a una ambulancia!

-¿¡Qué!?

-¡Es Liam! ¡Liam se ha desmayado!

El mundo se me venía encima.


Como sobrevivir a un internadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora