Lunes por la mañana; el despertador suena, empieza otro día de mierda. Me despierto y me levanto, voy hacía el baño en ropa interior, como siempre mirándome al espejo:
- ¿Porque mierda estoy viviendo? Yo no debería estar aquí - me decía -.
Me aseo y voy hacía el armario, unos pantalones, zapatillas y chaqueta negros, claro. Suena mi móvil.
- ¿Sí? -dije-.
- ¡Katty! No nos hemos visto en todo el finde, ¿que ha pasado? -me preguntaba Katie-.
--------------------------------------------------------------------------------
Bueno, creo que no os he hablado de ella, Katie Usher es mi mejor amiga, la conocí hace 4 años cuando me mudé a Londres. Siempre me ha apoyado y tal... Y la quiero como a nadie.
--------------------------------------------------------------------------------
- Nada, nos vemos en la esquina de siempre en 10 minutos, adiós -colgando-.
Bajé corriendo a la cocina; ¿Cómo? ¿No hay nada de comer? No hay que sorprenderse, papá es un borracho y mi hermana aún no ha bajado. Tenía que preparar yo el desayuno para todos. Solo puse leche y cereales en la mesa y los llamé a desayunar. Mi padre me miraba como todas las mañanas, una mirada de odio y desesperación, siempre tenía que quejarse.
- Tu madre habría hecho un desayuno mejor -decía-.
Me levante de la mesa porque ya había terminado, le grité:
- ¡PUES LA PRÓXIMA TE LA HACES TÚ! ¡QUE TIENES MANOS! ¡DEJADME Y YO LLEVARÉ MI VIDA! ¡QUIERO SALIR YA DE ESTA CASA!
- ¡COMO ME VUELVAS A HABLAR ASÍ NIÑATA MALCRIADA, NO SALES EN TU VIDA! ¿ESTA CLARO? -agarrándome el brazo-.
- Papá, sueltame el brazo -dije tranquila- Entonces, me di cuenta de que mi hermana, Any, estaba llorando.
Cogí a mi hermana y me largué con ella para llevarla al colegio, tan solo tiene 9 años. Nos fuimos sin despedirnos, cerremos de un portazo y me encontré a Katie.
- ¡Que pases un buen día, Any! -le exclamé fingiendo estar bien, para que ella sonríera-.
- Adiós Katty, te quiero -me respondió con su sonrisa- Para mí, era una de las cosas más importantes.
Llegué al instituto con Katie, nos sentamos juntas y cuando saliamos al patio, me dieron un codazo en toda la espalda, como duele.