Abrí la puerta de mi casa, cerré suavemente para que nadie me escuchase y subí a mi cuarto. Ya estaba llorando antes de que me diera cuenta. Me miraba al espejo, todas las palabras seguían de mi cabeza y en un intento de animarme escribí en el espejo:
- Hermosa, Guapa, Sexy, Linda, Graciosa, Simpática, Agradable, Amable...
Una palabra tras otra, con el pintalabios rojo que tenía y nunca me ponía. Me echaba las manos a la cabeza, intentaba arreglar todo mi corazón y mi cuerpo roto, intentaba... intentaba... Borrar todos los recuerdo malos.
- ¡ME ODIOOOOOOOOOOO! -gritaba en mi interior-.
En la desesperación tan profunda que tenía, rompí el espejo de un puñetazo mientras los nudillos y las manos me sangraban. Pegando patadas, arrancándome los pelos, pidiendo no haber nacido nunca.
- ODIO MI CARA, ODIO MI CUERPO, ODIO MIS OJOS, ODIO MI BOCA, ODIO MI PELO, ODIO MIS PIERNAS, ODIO MIS BRAZOS.
Pensando, pensando mientras el dolor corría por mis venas, mientras nadie se preocupaba de mi, mientras que yo a nadie le importaba..
- No... No puedo hacerlo.
Se me iban las manos cuando lloraba, no entendía que me pasaba, ¿qué estaba haciendo? Cogía un cristal del suelo, nunca había tenido tantas ganas...
Me miraba el brazo, a la vez el cristal, las piernas, la barriga. Todo me parecía algo bonito para cortar, me sentía vacía, me faltaba el aire y quería desahogarme.
- Ya he luchado demasiado -decía mientras suspiraba con el cristal en la mano- Lo siento mundo.
Lentamente me cortaba en el brazo izquierdo, la sangre corría por mi brazo y se juntaba con mis lágrimas. Cada vez que me cortaba sentía como todo se desvanecía a mi alrededor, no sentía dolor, solo un espacio negro en el que nadie podía entrar.
Paré, lloré y el móvil sonaba, era Katie y no se lo cogí. En total 6 cortes. Cuando lo dejé, escocía, dolía y volvían a aparecer los insultos. Fui al baño dejando un rastro de sangre, Any estaba en casa de una amiga y mi padre borracho y durmiendo. Taponaba mis heridas para que dejara de salir toda esa sangre, estuve allí un rato hasta que se cortó.
Me dirigía otra vez a mi habitación cuando se me empezó a nublar la vista, me iba a caer, había perdido mucha sangre y finalmente me acosté en mi cama.
''LO SIENTO MUNDO, TE HE FALLADO''