5

28 2 2
                                    


Que días tan difíciles han pasado. Nada fue tan duro que contarle a Denisse lo que había ocurrido. Ha estado cuidando de mamá cada día, la ve a ver cada media hora para corroborar que todo se encuentra bien. Han pasado cinco días y hemos notado que está mejorando poco a poco. Lisa la viene a ver cada par de horas para ver su progreso; ella dice que va mejorando muy bien, lo cual espero con mi corazón. Ya está haciendo más movimientos, y estoy segura que pronto despertará de nuevo. Hoy es viernes, me debo presentar a la fábrica a las siete de la mañana. Son las cinco de la mañana y voy a ver a mamá.

Milagrosamente se estaba recuperando rápidamente. Algunos de sus moretones ya habían desaparecido por una crema que nos dio Lisa, su herida en las costillas ya comenzaba a cicatrizar y todo iba bien, ya comenzaba a moverse a pesar de que estaba en un tipo de coma. Todo iba mejorando bastante. Estaba contenta.

Luego de estar con ella unos quince minutos decidí bajar a desayunar. Aún me dolía el brazo al hacer algunas cosas, como estirarlo para tomar el cereal, pero debía esforzarme por lograr desempeñarme bien en la fábrica. Tal parece que hoy Jack estará rondando y calificando mi trabajo. Debo hacerlo bien por lo menos en lo que mi madre logra levantarse. Es estresante, escuchar a las cinco y media, los pasos de los trabajadores dirigiéndose a la fábrica. Aún no es mi turno de ir, aún no llega mi posición; pero salgo de casa y me paro en el arco de la puerta observándolos a todos, cómo sus demacrados y tristes rostros ven hacia delante intentando creerse la posibilidad de un mundo mejor.

Es inevitable el estrés que siento, saco un cigarrillo de la bolsa de mis pantalones y sigo observando. Hasta las seis y cuarto llega mi posición. No había pensado en cuán miserables han de ser las vidas de todos en la condición en la que nos encontramos. Nosotros no somos los únicos pasando momentos difíciles, y se observa perfectamente en las expresiones de muchos, expresiones de dolor, tristeza y preocupación. Es difícil ver esto.

Debo dejar de quejarme tanto de mi vida, debo aceptar que no soy la única que pasa cosas difíciles, hoy le tocó a mi madre, pero ¿A quién le tocó ayer? La verdad odio pensar en cosas así. Solo hace que me sienta mal.Todo se esfuma tan rápido como mi cigarrillo.

A la hora exacta, mi posición llega a mi casa, me formo junto a mis compañeros que me ven sorprendidos por estar aún con vida a pesar de tener el brazo vendado. Nadie hace comentario alguno por temor a un castigo de los soldados y aplacadores. Aún nos faltan veinte minutos de caminata y varios siguen viéndome de reojo intentando deducir que ha pasado conmigo; cuando la verdad es evidente que pasa. Exactamente cuando terminamos de recolectar todas las posiciones, aparece Dan a mi lado.

-Hey bonita, ¿qué te ha pasado? Nos has hecho mucha falta los últimos días.- dijo con una sonrisa de picardía que no me entusiasmaba ni convencía lo suficiente como para devolverle la sonrisa.

-mmm, ya sabes. He estado haciendo algunos deberes de enfermera. Conmigo y con mi madre. Como ustedes son unas muy amables personas.- dije lo último con un tono sarcástico demasiado obvio.

-Si, eso me contaban. Pero no me hables así, sabes muy bien lo que te espera si sigues con esas actitudes.- exclamó con una voz demasiado falsa e irritante.

Creo que debería comportarme. ¿Qué digo? No creo... debo comportarme si quiero que todo salga bien. Así que tomo una gran bocanada de aire, le sonrío falsamente a Dan y sigo caminando.

Un hombre mayor, unas tres filas en frente de mí trastrabilló por unos segundos cuando estuvo a punto de tropezarse, no tardó mucho en ser notado por los soldados; quienes le sacaron de la formación y lo llevaron a un castigo rápido fuera de las líneas. No tiene sentido, cualquiera puede resbalar, y ser castigado por eso es completamente inaudito.

Pero por favor Elizabeth no-te-metas. Lo que menos puedo hacer en este momento es ponerme a defender gente, pero a la vez me consumen las ganas de hablar. Nango esta entre los que castigan al pobre hombre, y como era de obviar, lo hicieron cerca de mí y me volteaba a ver muchas veces retándome a perder la cordura. Pero mejor cerré los ojos y respiré profundo para contenerme.

Luego de varios golpes seguimos nuestra caminata dejando atrás al pobre hombre tirado en el suelo. Se quedaron junto a él un par de soldados, insistiéndole en que se levantase de una vez, pero no podía por el dolor. Ahora ya ha pasado lo peor. O eso creo yo.

Llegamos tres minutos tarde, que osadía para la producción. Como era de esperar, Jack estaba ansioso en mi área de trabajo para que cuando llegara yo, pudiera intimidarme. Era algo que me veía venir, así que me lo tomé con calma.

-Buenos días Jack, ¿Cómo estás el día de hoy?- saque de mi interior la sonrisa más falsa de la vida, pero él no lo notó.

-Hola Elizabeth, te estaba esperando ansioso.- no ha respondido mi pregunta.- Quiero verte hacer tu trabajo y levantar la producción por lo menos un diez por ciento más.-

-Con gusto lo haré, pero sería más fácil si tuviese los dos brazos en perfecto estado.- mi ironía me llevará a la tumba pronto.

-Claro que sí, pero ¿crees que tu estado impida tu desempeño? Por favor Elizabeth, deja de quejarte de una vez y comienza a trabajar.-

Se marchó dejándome sola frente al área de control con una pila enorme de informes acerca de la producción. Debía estudiarlos lo antes posible para que la producción subiera más del diez por ciento para complacer a Jack y que dejara de molestarme por lo menos un día. "Mantente viva un día a la vez" repetía en mi mente-

Un día cargado, intentando hacer que la producción subiera a pesar de los trabajadores y su incapacidad para entenderme. Pero logré exitosamente aumentar la producción de mi área a aproximadamente un dieciséis por ciento. Con eso solo espero mantenerme con vida un poco más de tiempo en lo que organizamos bien nuestro plan B y mamá despierta y se recupera.

De nuevo las filas para marchar los cuatro kilómetros a casa, estaba exhausta pero no podía irme por mi cuenta. El control que tenían en nosotros... llegamos al fin, y entré rápido a mi casa para poder ir a ver a mamá. Eran aún las siete de la noche, mi hermano no llegaba hasta las ocho y mi hermana estaba en la mesa comiendo, en verdad estaba todo muy tranquilo. Subí a la habitación de mi madre con un poco de sopa que había preparado ayer para Denisse.

Mamá aún estaba inconsciente, pero estaba en otra posición, por lo que supuse que se estaba mejorando. Gracias a dios lo estaba haciendo. Lisa dejó una nota sobre la mesa de noche

"Danielle está mejorando significativamente. Hoy logró darse la vuela y abrió los ojos un momento. Estoy segura que con los medicamentos que le estamos dando mejorará rápido. Tenga paciencia y fe.

Lisa"

No pude evitar sonreír cuando leí eso, la felicidad me estaba inundando en ese momento. Estaba realmente feliz de eso. Pronto mamá despertará y todo estará bien. O eso espero. Tomo mi sopa lentamente y leo un libro que mi mamá tiene en la mesita.

Es un libro interesante desde la portada. Es totalmente negro con dos iniciales en color plata. C.K. Qué extraño. Lo miro inexpresivamente. Simplemente es extraño. Es más como un diario. No creo que de mamá, puesto que no tiene sus iniciales, ni su letra en la dedicatoria. ¡¿Qué¡? La dedicatoria.

"Un libro creado por un incomprendido con palabras breves, concisas y tristes. Para Danielle Kempff de C.K"

¿Qué? El apellido de soltera de mamá es Kempff. ¿Quién es C.K? además todo está escrito a mano. No es una dedicatoria de algún autor, sino que es un libro escrito por alguien, específicamente para mamá. ¿Debería leerlo? Pues la tentación es demasiada y cambio a la siguiente página.

"Una mariposa, lo más hermoso que existe en el mundo después de tus ojos. Nunca comprendiste lo importante que eres para mí, lo importante y especial. Muchos chicos ven tu belleza y te consideran su presa. Un amor no es así Danielle, yo veo tu interior, tus pensamientos y tus ideales. ¿Cuándo te volviste tan importante en mi vida? Te amo Danielle, como jamás había amado a nadie. Cada momento a tu lado es un instante guardado en mi memoria como si nada hubiera pensamientos malos en mi mente. Las mariposas por cierto. Son tus preferidas, las azules con lunares blancos en las puntas de las alas. Eres más hermosa que ellas, más hermosa de lo que crees. Y este libro lo he escrito específicamente para ti, mi amor por ti y el dolor que siento en cada rechazo. Con amor C.K"

Dos Destellos Iguales (Actualizando)Where stories live. Discover now