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¿Quién será ese tal C.K? amaba a mamá, y mi padre no tenía ninguna inicial así. Pero estoy totalmente segura que es importante para mamá, en vista de que aún tiene ese libro y que lo tiene en su mesa. Esto es algo extraño.

Pasé la página, y cayó al suelo una fotografía. Estaba entre alguna de las hojas del libro. En la parte trasera citaba "Familia Kempff, abril de dos mil quinientos setenta y cinco" al voltear veo a la familia de mamá, una gran familia, quizás son veinte o más personas; de las que solamente reconozco a cinco. A mamá, sus hermanos y mis abuelos. Todos eran tan jóvenes, creo que ahí mamá tiene unos veinte o veintidós años.

Hay algo extraño en la foto, hay dos chicos que tienen la cara rayada, alguien lo hizo a propósito. Esto en verdad es un misterio. Instintivamente volteo a ver a mamá, quien aún sigue dormida. ¿Será que fue ella? No lo creo. Quien sea que sea que le escribió este libro, fue quien lo hizo. Estoy segura que mamá debe tener una copia de esa fotografía.

Dejo el libro en donde estaba y me meto al bolsillo la fotografía. Como mamá aún duerme buscaré la copia. Ella tiene una caja en su armario en donde guarda fotografías de su juventud. Ahí debe haber otra foto. Me siento mal por entrometerme, pero la curiosidad es grande.

En ese cajón solo hay fotos, o eso creía. Tiene muchísimas cartas y tarjetas. Y sí, la mayoría de cartas son de C.K. es absurdo. ¿Cómo es que siempre escribe sus iniciales y nunca escribe su nombre? es tonto. Me siento en el suelo e intento sacar con cuidado cada foto, talvez para que mamá no se dé cuenta que he hurgado en su pasado.

Llevo mucho rato viendo fotos y no encuentro la que busco, solo encuentro otras fotos que no se parecen, así que podría ser cualquiera. No estoy segura de estar haciendo lo correcto. Pero esto me parece un verdadero misterio.

Ronald llega como de costumbre a las ocho con cinco minutos, era muy puntual. Yo me encontraba en la sala con una taza de chocolate caliente, que mi hermana había preparado con tanto amor. Llegó totalmente exhausto, no era normal, pero se miraba bien, solo un tanto más cansado. Se sentó en el sillón en frente de mí.

-Fui a hablar con mis amigos que nos ayudarán con lo que faltaba. Ya está todo hecho, pero aún necesitaremos unas cuantas semanas. ¿Cómo te fue en el trabajo hoy?-

-Me alegra escuchar eso Ronald. Pues un poco cansado, sobre todo por evadir a Jack, quien no dejó de verme ni un segundo del día. Pero de lo contrario muy bien. Logré restregarle en la cara lo buena que soy.-

-No te arriesgues por favor Elizabeth.- puso su expresión con desánimo. Siempre me miraba así cuando desaprobaba una acción.

-Lo sé, ¿Cómo estuvo tu día? Te ves realmente cansado. ¿Te encuentras bien?- no había notado las grandes bolsas bajo sus ojos.

-Todo estuvo bien, tuve el tiempo para organizar lo que faltaba, como te dije antes, y todo fue bueno. Es solo que no he podido dormir bien. Estoy demasiado tenso y ansioso por lo que está pasando en este momento. Me cuesta demasiado conciliar el sueño. Es todo.- se levantó, me acarició la cabeza y se marchó a su habitación.

Todos estamos pasando un momento muy incómodo para vivir. Es inquietante no saber el paradero de la familia. El no saber en qué vamos a parar en unas semanas. Pero nadie lo siente más que Ronald, tras lo que pasó con mamá. Y peor aún, que no haya despertado en todo este tiempo.

Voy a la cocina, preparo un emparedado de jalea y mantequilla de maní, una taza de café y se la llevo a mi hermano a su cuarto. Está tan ansioso y no puedo hacer más que esto. Toco la puerta y entro silenciosamente. Él está dormido por su evidente cansancio, así que dejo el plato y la taza en su mesa de noche y me voy lo más silencioso que puedo. Voy a revisar a Denisse, quien se encuentra haciendo tareas a última hora, así que la ayudo, y luego me marcho a mi habitación, y me quedo dormida mientras el cansancio me carcome.

Me despierto desde muy temprano sin ninguna razón, es solo un peso en mi pecho que no puedo evitar. He sentido esa sensación desde hacía un par de años, y solo lo siento así de fuerte cuando algo muy malo y molesto pasa en mi vida. Son las tres de la mañana, y sorprendentemente se me ha esfumado el sueño por completo, doy muchas vueltas en mi cama, pero nada resulta. Todos en este momento estamos pasando por lo mismo; por lo menos, Ronald ya pudo dormir anoche, le hacía falta en todos estos días, con todas estas preocupaciones que siempre están en mente.

Me siento incómoda estando en mi cama. Voy rápidamente al baño y luego me dispongo a ir a ver a mamá.

Mamá no se encuentra en su cama. No sé qué pensar. Busco en todas partes de la habitación, pero no está. Bajo corriendo rápidamente las escaleras, y la encuentro a mamá en la cocina, con un vaso de agua en la mano y ¡Dios! ¡Estoy muy feliz! No puedo más y sigo corriendo a abrazarla, mamá está sorprendida por la evidente lluvia de emociones que yo jamás tengo y me devuelve el abrazo. Estoy llorando en su hombro, pero no de tristeza; sino de la felicidad. Mi madre me da unas palmadas en el hombro, intentando calmar mis emociones, pero nada resulta para hacer que la euforia que siento de verla así, me pase.

Al fin pude desprenderme de ella, y la vi a los ojos; esa mirada cálida, reconfortante y llena de amor me tranquilizo el alma, después de todo lo que hemos pasado, me dio un beso en la frente y me volvió a abrazar. Extrañaba esos abrazos, esa vividez de mi madre, habíamos estado pasando un muy mal momento; y estoy segura, que me he despertado a esta hora de la madrugada por ella, para poder tenerla de nuevo conmigo.

Me desprendo de su abrazo y me seca las lágrimas, estoy muy feliz de verla y le sonrío de una forma tan íntima que le hace sonreír a ella también. Subo corriendo y despierto a mis hermanos, que cuando escuchan la noticia, se les despabila el sueño de inmediato y se levantan para ir a su encuentro también, corren hacia la cocina y le abrazan como jamás le habían abrazado.

Al fin alguien escucha misplegarias y todo estaba mejorando.   

Dos Destellos Iguales (Actualizando)Where stories live. Discover now