CAT Y SAMUEL

CAP 7

-Cat, esta es Ester, la chica de la que nos habló Cooper.
-Encantada-se dan dos besos. "Parece maja" piensa Cat-Hoy hemos quedado las chicas para dar una vuelta, te gustaría venir? Son esas locas de ahí-ríen-la rubia es Kati, y la otra se llama Triana.
-Si, sería un placer.
-Bien, este es mi número-lo apunta en un papel y se lo da-me hablas luego?
-Claro.
El profesor da unos golpecitos en la mesa pidiendo silencio y Ester vuelve a su asiento, guarda el papel en su bolsillo y abre los libros. Al sacar el archivador, este se le cae haciendo un estruendoso ruido. "Genial Ester. Primer día y ya llamas la atención" cuando se levanta a recogerlo, su mirada se cruza con la de un chico que está dos filas más adelante. En los segundos que dura la mirada, Ester nota algo especial. Cuando se sienta, advierte que está colorada, y se hunde en el asiento para que no la vean así. Durante el resto de la clase, Ester no puede olvidarse de aquel chico. Lo mira cada dos por tres, e intenta que él le mire también, pero sus esfuerzos son en vano.
-Gutierrez-dice tras mirar el parte- podría salir a hacer este ejercicio? Quiero ver su nivel en inglés.
Ester se levanta y va a la pizarra, hace el ejercicio y, tras la felicitación del profesor, vuelve a su asiento.
El resto del día trascurre con normalidad. Sus compañeros son muy majos y la integran muy bien. A última hora, les dice a las chicas si quieren ir a comer a su casa, y sorprendidas tras enterarse de que vive sola, aceptan.
•dos de la tarde, un día de otoño•
-Y dónde vives?
-En la Plaza Pontevedra.
-Yo también vivo en Pepe.
-Pepe?
-Plaza Pontevedra.-dice cargando la voz en la primera letra de las dos palabras mientras hace un giro con los dedos índice y pulgar.
Las tres ríen. Durante el camino, Ester se entera de que, por sorprendente que parezca, pues Kati es muy guapa y tiene muy buen cuerpo, no tiene novio, ni lo quiere, y de que Triana tiene una hermana y es huérfana, como ella, y eso, por alguna razón, le hace sentir como si llevasen toda la vida juntas, como si se conociesen desde bebés. Al llegar al portal, entran y se dirigen hacia el ascensor, sin embargo, Triana, comienza a subir por las escaleras.
-Hay sitio de sobra-dice Ester sorprendida de ese hecho.
-Es para adelgazar.
-Pero si tú no...
La puerta del ascensor se cierra y Kati se dirige a ella.
-No le digas nada, créeme, es en vano. Todos y cada uno de los días le decimos que no está gorda, y que no hace falta que haga tanto ejercicio, pero no nos hace caso. Tiene una obsesión que no te puedes ni imaginar.
Cuando Kati termina de explicarle, se abre el ascensor, y Triana está delante de la puerta.
-Que rápida!-ríe-entremos, aquí hace demasiado frío.
Todas asienten y entran al pequeño piso de Ester.

CONTINUARÁ...

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