DELIVERY
Cuenta Paula:
Era sábado a la noche, estaba sola mirando las estupideces
que pasaban por la tele, mis viejos trabajaban. Se
preguntarán que hacía en casa, en vez de haber salido a
bailar o a juntarse con amigas. Pasó que la noche
anterior había salido a divertirme con mis amigas y volví más
en pedo que nunca, vomité varias veces, no recordaba
nada y mis viejos tuvieron que llevarme al hospital a eso de
las cinco de la mañana. Ya estoy bien, pero me
re cagaron a pedos y estoy sin poder salir por una semana.
Ni siquiera me podía escapar porque ellos volvían a las doce
y yo suelo volver a eso de las cinco,por mas que quisiera
venirme temprano, no podría, las doce es apenas la hora en
que salimos. No me quedó otra opción que cumplir con mi
castigo.
Tenía hambre. Se me ocurrió pedir una pizza, tomé el
teléfono y llamé al delivery para que me traiga una de
napolitana. Media hora esperando una pizza, me moría del
hambre y no llegaba, me harté, estaba a punto de llamar
nuevamente a la pizzería para apurarlos, cuando suena el
timbre. Abrí la puerta, a los gritos
Paula: Era hora! Tanto van a tardar en hacer una
miserable pizza? Le pones salsa, quesito y listo
X: Perdóneme señorita, tuvimos unos problemas con la
moto. Acá tiene.
Lo miré, me había quedado impresionada, era un caño el
pibe, ojos color miel, sonrisa perfecta. Olvidé la pizza y me
dije a mí misma 'este va a ser mío'
Paula: Perdoname, bombón, por como te traté. Pasá, tengo
que buscar algo de cambio y afuera hace mucho calor,
acá está más fresco con el aire.
Me acerqué a una cajonera para buscar la plata, de paso
aprovecharía para calentarlo.
Paula: Y... ¿cómo te llamás?
X: Pablo, me dicen Paio. ¿Vos?
Paula: Yo Paula o Pau. Estoy buscando la plata, eh. Ya va.
Me agaché a propósito, para buscar en los cajones de
abajo. Aproveché que tenía una tanga y una pollera corta
para dejar ver algo de ahí abajo. Tomé la plata y cuando me
di vuelta, me di cuenta que su amiguito había comenzado a
asomarse. Le di la plata y coloqué la pizza sobre la mesa.
Me acerqué a Pablo y acaricié su miembro sobre el
pantalón.
Paula: Veo que logré lo que esperaba.
Paio: Me querías a mí? -Asentí mordiéndome el labio.-
Acá me tenés.
Desabroché su camisa y le quité la gorra. Ese chico no
paraba de impresionarme, tenía un lomo espectacular,
encima los abdominales bien marcaditos y sexis. Sacó mi
remera y me encajó flor de chape, cada vez estaba más
excitada. Movía su lengua dentro de mi boca y mesaba
como nunca antes nadie lo había hecho. Aprovechó para
deshacerse de mi corpiño, y tocar mis pechos mientras
seguíamos besándonos. Bajó con sus besos a mi cuello,
pasando su lengua hasta mis pechos. Dibujaba círculos
alrededor de mis pezones y los lamía haciéndome mojar
más y más. Mientras él se ocupaba de eso, desabroché su
pantalón, para que luego el se deshiciera de ellos. Quité mi
pollerita y mi tanga, luego me arrodillé para poder quitar su
bóxer y liberar a su amiguito que ya estaba bastante parado
y duro. Lo toque por un rato, luego lo metí en mi boca,
metiéndolo y sacándolo con mucha rapidez y mojando su
puntita.
Paio: aaaaaaah, dale flaca, aaaaaaaah.
Ahora era mi turno, me senté en el sillón, abierta de piernas
y él se acercó para lamer mi intimidad e introducir dedos
rápidamente.
Paula: aaaaaaaaaaah, mmmmmmmmmm mmmmmm...
Acarició su amiguito contra mi intimidad, amagando a entrar
y haciéndome desear, hasta que por fin me penetró. Clavé
mis uñas en su espalda, me estaba dando fuerte y duro, y
era una forma de descargar todo el placer que sentía,
además de los gemidos. Nos cansamos de esa posición, me
coloqué en cuatro, metió unos dedos en mi boca para que
los moje, para introducirlos después en mi cola. Luego,
colocó su miembro, dolía, no lo voy a negar, pero fue muy
placentero. Esa noche tuve como tres orgasmos, y él acabó
dos veces, una vez en mi boca y otra vez en mis pechos.
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Cortos de combate.
Historical FictionVoy a subir cortos de Combate argentina. De cualquier pareja que m pidan, son cortos h.o.t.. Avise espero que les guste.