Corto Brunoigna

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Cuenta Flor
Domingo por la tarde. Reunión familiar. Hoy era el cumpleaños de mi tía abuela, cumplía los 80 asi que le hicieron una gran reunión, con parientes que hacía mucho que no veía. Estábamos en mi casa, que contaba con un quincho enorme para ocasiones como estas. Realmente, me estaba aburriendo mucho. Tenía todos primos chiquitos, y era gente que no veía hace mucho. Ya no sabía que hacer hasta que, llego una de mis tías de París, con su respectivo hijo, Bruno. No veía a Bruno desde los 11 años, cuando a escondidas nos dábamos besos y nos tocábamos.
Entró por la puerta y saludó a uno por uno, hasta que llegó a mi.

Alejandra(mi mamá): Hija, te acordas de Bruno, tu primito?
Flor: -haciendome la trolita- Aah si, Brunito! –y lo miré.-
Bruno: Flora, tanto tiempo! Que grande estás!
Flor: vos tambien, eh. –mirándolo de arriba abajo, mientras mi mamá se alejaba dejándonos a ambos sentados en la punta de la mesa.-

Comenzamos a hablar de la vida, no podía evitar mirarle la boca y su cuerpo, no podía evitar desearlo de esa forma, no podía evitar ese deseo de tenerlo encima mio, de hacerlo mío en ese instante. Lo iba a lograr, estaba segura. Bruno me hablaba y yo sonreía, necesitaba que sea él el que activara, o me diera el pié para iniciar algo.

Bruno: Te acordas cuando eramos chiquitos?
Flor: Mmm como no olvidarme,no?
Bru: -rié.- que pendejada. Que boludo que fui, pensar que somos primos boluda jajaj.
Flor: jajaja mal.

Lo miré con deseo en ese preciso momento y sin querer, uno de mis tíos se chocó con su silla, haciendo que el vaso que tenía en su mano caiga sobre mi remera con bastante escote. Gracias tío!.

Bruno: uh, perdoname Flo. –y se acercó a mi con una servilleta hasta que vió donde me había mojado y me miró las lolas por unos segundos.-
Flor: que se te perdió, primito?-levantándolo de su mentón y apoyando la mano con la que tenía la servilleta en uno de mis pechos-
Bruno: Eeeh? nada nada. – y por fín, cruzó una mirada cómplice conmigo.-

Me hice la distraída, me fijé que nadie me viera, y "accidentalmente" se me cayó un vaso con agua en su pantalón.

Flor: Upssssssss, perdón! Déjame limpiarte. –puse mi mano entre sus piernas y apreté un poco su bulto, parecía bastante grande.-

Bruno bajó la mirada y me miró con mucha calentura. Ya lo tenía en mis manos, por fin iba a ser mío. Me levanté en ese momento, muy cerca de él, casi rozando nuestros labios y pasandole las lolas por la cara. Salí del quincho caminando hasta el baño. Me di vuelta para ver si él me miraba, y así lo hacía con una gran sonrisa. Le guiñé el ojo a lo lejos y me fui de esa gran reunión hasta el baño. Bruno a los segundos salió de ese lugar, pasando desapercibido por la cantidad de gente que había. Entró al baño y yo estaba mirándome al espejo. Lo miré muy sexy y me acerqué a él.

Flor: Estas muy lindo primito, sabias? Me encantaba como me tocabas cuando eramos chiquitos.
Bruno: me calentabas y me calentas mucho pendeja. Creo que ahora con 18 años, estás mas lista que cuando tenías 11, no?
Flor: no tenes idea con quien te acabas de meter primito.

Lo empujé suavemente contra la pared y me lo chapé. Caímos en un juego muy caliente de toqueteos y besos salvajes. Mi lengua recorría toda su boca, al igual que la suya. Podía sentir sus manos en mi cola, como apretujaban con deseo. Yo tocaba su bulto con mucha dedicación, estaba esperando ese momento desde que lo vi entrar. Dejó mis labios para continuar con mi cuello, lo humedecía y mordisqueaba muy suavemente. Suspiraba en el, se podía notar en ambos las respiraciones agitadas y algunos suspiros de mi parte, por ahora. Seguíamos con esos toqueteos hasta que le saqué esa linda camisa que tenía puesta, y bajé con mi lengua por todo su pecho, hasta quedar arrodillada enfrente de su bulto que empezaba a despertar. Sacó sus zapatillas, y yo su cinturón. Dejé caer los pantalones y dejé el bóxer por un rato más. Daba besitos en él, mordiscones. Bruno suspiraba y yo sonreía mientras continuaba con mi tarea. Bajé finalmente el bóxer  y pude ver su pija un poquito parada. Sonreí, lo miré y me mordí el labio. Empecé a pajearlo rápido, quería que esté bien parada y por fin sentirlo dentro de mi. Pasaba mi lengua por sus testículos, mientras lo pajeaba rápido. Cuando la sentí bien dura, dejé unos besitos en la punta mientras Bruno gemía despacito. Me paré de esa posición y enseguida Bruno me dejó contra la pared. Me saqué yo misma la pollera mientras él estaba concentrado en mi boca, y el sacó mi remera y mi corpiño en menos de un minuto. Comenzó a chupar mis lolas rápidamente. Por fin sentía su piel chocar con la mía, su lengua recorrerme completa. Sonreía entre placer, suspiraba. Bru me sacó la tanga.

Cortos de combate.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora