Cuenta Flor:
Otro sábado más, desperté con la ilusión que no iba a ser un día como cualquier otro. Me levanté de la cama y fui a la cocina. Mi mamá y mi papá se irían por este fin de semana, la casa sería mía. Definitivamente me esperaba un buen día. Ellos se fueron y almorcé algo. Llamé a mi novio, Facundo, diciéndole que no podría salir esa noche. "Estoy enferma" fue esta vez la excusa para no salir con él. La verdad, es que él no me satisfacía lo suficiente. Era una chica difícil de complacer, y no estaba muy segura de mi noviazgo. Así fue que empecé a buscar por otros lados, mis amigas ayudaron a ver si podía complacerme. Me di cuenta que las mujeres no son lo mío, aunque te dan mucho placer. Salí a boliches, cogí con miles de pendejos y ninguno lograba que tenga un buen orgasmo, ninguno me generaba un deseo o una pasión desesperada... exceptuando él. Paio, mi vecino. Nos separaba sólo una reja en nuestro patio, lo observaba todos los días como se ejercitaba bajo el sol o se bañaba en esa enorme pileta. Simplemente ver ese cuerpo musculoso, la fuerza que tenía me hacía delirar; Fantaseaba con él, con tenerlo en mi cama y no dejarlo más. Habíamos hablado un par de veces, pero nunca sucedió nada. Y eso es lo que me generaba cada vez más ganas. Pero, presentía que ese día iba a ser muy bueno, como ya dije. Y así fue. A la tardecita, pude ver como Paio salía a correr afuera. Me mordí los labios de tan sólo verlo con ese shorticito y esa musculosa al cuerpo. Cuando volvió de correr, nos cruzamos. Lo saludé provocativa, y mi ropa también lo era. Tenía un shorcito y la parte de arriba de la maya. Hablamos un rato, traté de seducirlo de todas las formas posibles y no había caso. Entró a su casa y por lo que escuché, fue directo a su patio. Yo lo observé desde el gran ventanal de mi cocina y pude ver como se quedaba en bóxer. Nunca pensó que yo podría estar espiándolo. Para mi sorpresa, se bajó el bóxer, se sentó en una reposera y se empezó a hacer una paja. Mis ojos se abrieron como platos al ver el tamaño de su amigo. Comencé a tocarme. De repente, pude escuchar entre medio de sus gemidos como con sus ojos cerrados y con su cabeza tirada para atrás del placer decía
Paio: mmm dale rubiaa, aaaah te parto toda vecinita.
Al escuchar eso quedé atónita. Dejé de tocarme y salí rápidamente al patio. Estaba por acabar cuando se dio cuenta que lo estaba mirando muy atentamente. Se paró y se tapó, pidiendo disculpas.
Flor: te escuché, lindo. – y el se acercó a la reja, pasé la mano por uno de los barrotes y por fin sentí su pija en mis manos.- mmmm que bien se siente, no te das una idea de las ganas que te tengo!
Paio: MmmmPaio sólo podía disfrutar, no creo que necesitara más. Me dijo que su hermana estaba en su casa, que no podía ir, entre gemidos. Le dije que él venga para acá, que estaba solita y toda para él. Enseguida se puso su bóxer y su short y salió corriendo de su casa a la mía. Entró y cerré la puerta. Se abalanzó sobre mi y comenzamos a chapar. Su lengua recorrer mi boca, sus labios con los míos ya generaban un deseo inigualable. Bajé rápido y al mismo tiempo su short y su bóxer. Él me desató la maya y me apoyó contra la pared, chupándome las lolas. Yo suspiraba y sonreía, se me escapaban algunas risitas. Por fin iba a tener una buena noche, por fin tenía a Paio como quería. Dejó de chuparme las lolas y lo llevé al sillón. Se sentó y me paré adelante. Paio me agarró del culo sonriendo, y me sacó mi shorcito. Me sentó bien sobre su pija, para que mi tanga y su amigo tengan contacto. Yo me movía encima y él me tocaba toda, con sus grandes manos. Amaba sus caricias, sus manos lograban un deseo increíble. Agarré una de sus manos, y chupé 3 dedos mirándolo con mi mejor cara de puta. Él sonrió y con su otra mano, mientras me miraba a los ojos con una gran sonrisa, dio unas palmaditas en mi concha. Yo lo miré y sonreí también. Terminé de chupar sus dedos y bajó a mi concha. Para mi sorpresa, no coló los tres dedos que chupé, sino que fueron cuatro y con unos movimientos bestiales. Se sentía tan bien su mano en mi interior, por fin volvía a sentir placer después de tanto tiempo. Mientras me colaba me empecé a tocar el clítoris, quería tener varios orgasmos esa tarde y noche.
Paio: mmm que putita que sos Florcita, no se como no te cogí antes. – y colaba más rápido.- te gustan linda?
Flor: mmm si mi amor, así dale aaah ya estoyyy.Paio empezó a mover en círculos sus dedos y cada vez los metía más adentro. Comenzó a humedecer mi cuello, me hacía chupones y yo movía mi mano sobre mi clítoris cada vez más rápido. Bastaron así unos 10 minutos para que llegue al primer orgasmo. Gemí como hacía mucho no lo hacía y no permití que Paio sacara su mano de mi intimidad. Me quedé disfrutando un rato mas de sus dedos, siendo yo la que me movía y bien cerquita de su pija que estaba al palo. Él reía, al igual que yo, que se me escapaban unas risitas de placer. Paio tocó mi clítoris con su pulgar unos segundos y saco su mano de ahí. Suspiré y paré sonriendo. Saque mi tanga solamente y dejé mi minifalda. Él abrió sus piernas y me arrodille entre ellas. Agarré su amiguito y mordí mi labio, no podía creer que la tenía en mis manos. Empecé a pajearlo bien fuerte, y apretando su puntita. Después de unos minutos, supuse que pronto llegaría su orgasmo así que metí su pija en mi boca, hasta el fondo. Los hombres amaban eso. Lo volví a hacer un par de veces y él agarró mi cabeza para que me quede ahí. Informó que estaba por acabar, amaba tragar toda la lechita de los hombres así que dejé que se pajee esperando mi lechita, entreteniéndome chupando sus testículos mirándolo con cara de puta. Finalmente acabó unas gotitas en mi cara y enseguida la metí en mi boca.
Me acababa en la boca y me sentía en el cielo. Él, también lo estaba. Dejé de pajearlo para por fin tenerlo dentro mío. Me senté bien sobre su pija, levanté un poco mi pollera y él la metió bien adentro. Empezó a mover su pelvis de una manera alocada, mientras yo también pegaba algunos saltitos. Realmente me sorprendió, ni en mis fantasías más locas imaginé que cogía de esa forma. Seguía con sus movimientos firmes, bien a fondo, sin parar un segundo. Mis gritos retumbaban y los ahogaba en su boca. Nos estábamos sacando las ganas. Después de un rato, estaba por llegar nuevamente. Me toqué mi clítoris y llegué de una forma espectacular. Él seguía como si nada hubiera sucedido, quería lograr un orgasmo múltiple. Yo no daba más, no me había recuperado de un orgasmo que entraba en otro. Me entregué completamente y dejé caer mi cuerpo sobre el suyo y mi cabeza sobre su hombro. Él seguía con sus movimientos y empezó a tocarme el clítoris. A mi se me daban vuelta los ojos del placer, temblaba. Realmente mi cuerpo estaba pasándola bomba. Finalmente, después del cuarto orgasmo, el acabó adentro mío logrando que tenga el último orgasmo. Me quedé tomando aire en esa misma posición, disfrutando de su lechita adentro mío, recuperándome de terribles orgasmos que hacía muchísimo tiempo no tenía. Miré a Paio y me sonrió. Una risita cómplice nos envolvió.
Paio: Te dejé de cama Florcita – y río.-
Flor: Pensas que ya me cansé, bonito? – y lo besé.- Esto recién empieza.
Con su pija adentro mío todavía seguí saltando unos minutos más hasta que tuve una idea que era imposible de rechazar. Tiré todo lo que había en la mesita del living y me subí en cuatro a ella. Paio, sorprendido, se paró detrás de mí. Me dio un par de palmaditas y decidió lubricarme. Se arrodilló en el piso y comenzó a chupar toda mi intimidad. Pasaba su lengua y luego iba hasta mi culo para lubricarlo. Cuando logró hacerlo, empezó el juego. Se introdujo en mi por atrás y el placer volvió a mí. Iba con movimientos lentos hasta que me acostumbré. Se movía de una forma muy bruta y sacada. Realmente el placer lo cegó y sus movimientos eran fuertísimos. Mejor para mí, mi cuerpo estaba que no daba más de placer. Decidió empezar a jugar, sacaba su pija, la metía por mi concha, la sacaba y la metía por mi culo. Así variaba bastante rápido, la metía a fondo por un lado, la sacaba y hacía lo mismo por el otro lado. Así logre llegar a un de los mejores orgasmos, largando un chorro gigante. Él se agachó y me limpió todita, tragando mi liquido. Quería que él acabe otra vez así que me arrodillé frente a su pija, me agarró de los pelos y me hizo chupársela como él quería.
Paio: Cuando repetimos esto?-me besó-.
Flor: Nos separa una medianera Paito. No es muy difícil
Paio: Y tu novio?
Flor: No te va un trío para cuando necesite una ayudita?
Paio: Y, con vos todo...
*
Hooooola a todoooos !!!
Ultimo corto de la noche.. Hasta el Lunes no subo creo..
Ya tengo preparado Brunoigna y Pituela..
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Cortos de combate.
Historical FictionVoy a subir cortos de Combate argentina. De cualquier pareja que m pidan, son cortos h.o.t.. Avise espero que les guste.