Cuenta Mica:
En mi colegio me definían como la machona. ¿Por qué? Porque todos mis amigos, o la mayoría, eran varones. A ellos los conocía desde que tengo memoria, nos hicimos amigos desde muy chiquitos y a partir de ese día se volvieron incondicionales. Siempre juntos, unidos. Todas las chicas que había conocido eran agrandadas, presumidas, engreídas, no eran de mi estilo, humilde, graciosa, divertida, simple. Cuando intentaba acercarme a alguna me rechazaban. Por eso decidí quedarme con mi grupo de amigos, ellos sí me valoraban y me querían.
Estábamos en vacaciones, ya por suerte habíamos terminado de cursar la secundaria. Nan, Nico, Facu y Agus salieron a piratear, yo estaba sola, en mi casa. No me gustaba salir a bailar con ellos porque siempre terminaban borrachos. Se había largado a llover de lo lindo, mis padres tampoco estaban en casa, se habían ido a cuidar a mi abuela. Escuché sonar el timbre, me asomé por la ventana y distinguí que era Gonza, mi mejor amigo, hermano se lo podía llamar. Pensé: ¿Qué hace acá si estaba de vacaciones?
Mica: ¡Gon! Vení, pasá, estás empapado.
Gon: Gracias, Miqui ¿Cómo estás?
Mica: Todo bien, pero... ¿No venías mañana?gon: No, no, era hoy. Siempre te pasa lo mismo a vos, llegan las vacaciones y te perdés con los días.
Mica: Ai, sí. Che, quedate, esta tormenta no va a parar hasta tarde y mis viejos no están.
Gon: ¿Segura?- Asentí sonriendo.- Gracias, no quería molestarte, tu casa era el lugar más cercano al aeropuerto.
Con una toalla que le presté, se secó un poco. Por suerte traía su valija con ropa, se cambió y nos fuimos para mi habitación. Charlamos un buen rato, yo le contaba todo lo que había pasado en el tiempo que no estuvo y él me contó todo lo que vivió en sus vacaciones. Estaba totalmente perdida en sus ojos, en su boca. Esto me pasaba hace bastante, pero no lo quería admitir. Él era mi hermano, la que le confiaba absolutamente todo, no podía estar enamorándome de él. Seguimos charlando y nos pusimos a jugar varios juegos de mesa. La tormenta no cesaba. Estábamos sentados uno enfrente del otro en el piso.
gon: Te traje un recuerdo de mis vacaciones, espero que te guste.- De su valija sacó una cajita. La abrí y había una cadenita con mi nombre. Me quedé deslumbrada. Se acercó para colocármela, nuestros labios estaban muy cerca. No me podía contener, cada minuto que pasaba sentía la necesidad de comerle la boca.- Mca, yo no soy muy bueno para esto. Tampoco quiero arruinar nada.- Me tomó de las manos.- Vos sos mi mejor amiga, mi hermanita. Pero siento que si no te digo esto no me voy a poder contener. Perdoname si arruino la amistad que construimos durante años, pégame un cachetazo si es necesario.
De un momento al otro, había capturado mis labios. Sentí recorrer dentro de mí un escalofrío. Con sus manos sostenía mis mejillas. Nunca me habían besado tan dulcemente, de esa manera preciosa, única. Lo abracé rodeando su cuello con mis manos y seguí su beso. Él sentía lo mismo que yo. Nos separamos para respirar y nos miramos profundamente.
gon: ¿Esto está mal?
mica: No...- Esta vez fui yo la que lo besó. Nuestras lenguas jugaban y se enredaban.
Caímos en la cama, él sobre mí. Comencé a sentir algo raro dentro de mí, pero que me encantaba. Estaba excitada. gonza comenzó a acariciar toda mi piel y a besarme con más intensidad y pasión. Pasó su mano debajo de mi remera, acariciaba toda mi cintura y mi espalda. Con su boca bajó dejando un camino de besos hacia mi cuello, lamiéndolo y besándolo. Yo cerré los ojos y me dejé llevar. Arqueaba la espalda para demostrar ese placer que sentía. Se quitó la remera y seguimos besándonos. Coloque mis manos en su espalda y empecé a acariciarlo. Comencé a sentir su miembro erecto en mi entrepierna, lo que hizo que largue un gemido al separarme de sus labios y a sentirme más mojada. Cada vez estaba más nerviosa y temblaba.
Resulta que cuando era más chica, tenía un vecino que se colaba en mi casa, saltando la medianera que nos separaba, y venía a abusar de mí cuando mis padres no estaban. Me tenía bajo amenaza, por eso no le decía nada a mis viejos, pero al único que le conté fue a gonza. Él me había ayudado a superarlo y entendió mi miedo de hacer alguna denuncia. Ahora ese vecino se había ido lejos y nunca más lo vi.
gonza: Si no querés está bien...
MIca: Sí, sí quiero, pero... tengo miedo, nunca disfruté de esto, es como si fuese mi primera vez.
gonza: Te prometo que te voy a cuidar, vos me conocés.
mica: Te amo.
gonza: Y yo más.
Me quitó la remera e intentó desabrochar mi corpiño.
mica: Tengo vergüenza, nunca me gustó mi cuerpo...
gonza: Sos hermosa, eso no te tiene que preocupar.
Terminó de desabrocharlo y lo quitó por completo. Bajó dando besos en mi cuello hasta llegar a mis pechos, lamerlos y mordisquear mis pezones. Había tomada más confianza y estaba más relajada. Desabroché los botones de su jean para que termine de quitárselos él.
Bajó mi short y con mi mano acaricié su miembro por encima del bóxer. Se lo quité y él me quitó el culotte. Mientras seguíamos besándonos, colaba un par de dedos en mi vagina, mientras que yo no daba más de la excitación. Tomó su pene entre sus manos y lo acarició sobre mi concha, para después comenzar a penetrarme. Se quedó quieto unos instantes para que me acostumbre, luego puso más velocidad a sus movimientos. Me estaba dando fuerte y duro, la sensación era muy hermosa. Yo clavaba mis uñas en su espalda. Llegué a mi orgasmo, luego él que termino..
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Cortos de combate.
Ficción históricaVoy a subir cortos de Combate argentina. De cualquier pareja que m pidan, son cortos h.o.t.. Avise espero que les guste.