Capítulo 17

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INICIANDO PRUEBAS 100%: ALBERT

Abro los parpados, me encuentro acostado ¿en mi cama? si, creo que si lo es, o solo se parece.

Miro a mi alrededor, y se que estoy en casa de mis padres. Las paredes de madera, pintadas con decoraciones en tonos cafes y blancos. Haciendo espirales. Y figurillas más.

Recorro la estancia en pasos entre cortados asegurandome de que mis pisadas hagan el ruido menos posible para no llamar la atención, si es que hay persona alguna en casa.

Hay un buró, de madera como todo lo demás. Y en el fotos que con el tiempo han terminado en polvo. Sujeto una de ellas levemente, limpiendo la suciedad para apreciar mejor la imágen. En ella está mi familia, mi tío Gerad, mis primos y mis papás. Y en ellos estoy yo, sonriendo a la camara. El día que se tomo esa foto era un día especial. Ese día fue la primera vez que conoci este lugar y a la mayor parte de la familia. Fue un día feliz. Llevaba puesto pantalon corto, llegandome a las rodillas, color marrón, y un chaleco marino, haciendo juego con en pantalón. Llevaba las gafas de siempre, las cuales aún sigo portando. Nada angostas, simples.

No puedo decear que las cosas cambien, por que se que no lo aran.

Es normal extrañar a tu familia ¿no?. Extrañar a tus papás...

Camino a las escaleras que conducen al patio principal, dondé mis primos y yo juagabamos. Dondé mis tios observaban las sonrisas que mostrabamos en el rostro. Mientras ellos bebian. Eramos una familia unida sin duda alguna.

Doy breves pasos, rosando la hierva que ya está por muerta. El cielo lo miro y parece real, realmente real, en tono azulado, y a poca distancea de mi el sol, tono muy amarillento con tonos naranjas. Percibo el calor que emana.

Decido por tirarme en la hierva, huele a pasto recien cortado, aunque se que no es así. Cierro los ojos, y trato de concentrarme en lo que sea, menos en mi, y lo que está a mi alrededor.

Escucho una respiración, no es mía de eso estoy seguro, si no yo lo sabría.

Abro los ojos y veo a Criss la persona que estaba conmigo ya hace tiempo. Talvez meses, o semanas, días, no lo sé.

Me mira y sonrie, parece otra, al tratarme de esa manera, la Criss que conocia ya me hubiera golpeado, insultado. Pero solo se queda parada viendome.

Decido hacer lo mismo, me paro y la saludo hamablemente, algo que sono suelo hacer y menos con ella.

-Hola Criss ¿estás bien?

-De maravilla.

-No sabía que podiamos estar en las simulaciones de los demás.

-Ni yo-rié, rie alocadamente-.

Hago una mueca mostrando mi disgusto, pero ella no logra notarlo, sigue riendo alocadamente.

Me mira y hace señas de que la siga.

Caminamos por el bosque, llevamos ya bastante tiempo ahí, hasta que ella se detiene, voltea y me mira a los ojos directamente.

-Ya llegamos.

Volteo a ver al lugar señalado por el indice de su mano. Es una montaña, piedras y más piedras, grisacea, y espelusnante, sacada de una película.

-No subire hasta allá arriba.

- ¿No lo aras? Yo creo que si.

- ¿Debería hacerlo?

-No te sucedera nada, tu solo sigue conozco un atajo.

Algo no me detiene, y la sigo, aunque me duele el pecho de solo pensarlo.

Siento que no pasara nada, solo es parte de mi imaginación. Todo lo controlo yo.

Llegamos hasta arriba, estamos en lo alto, todo se ve pequeño desde aqui, la casa de mi tíos, los árboles, todo, absolutamente todo.

Pero el miedo se presenta, al notar que es demasiado, que no puedo soportar.

-Vamonos quieres.

-No, yo creo que eso no será posible-me mira y sonrie, ciertamente diábolico-tu te quedaras aquí.

Retrocedo varios pasos quedando en la punta de la montaña, si doy un paso más caere. Y no querré eso.

Pienso, y sé que funcionara.

-Ven, acercate, haz que no me valla.

Ella avanza hasta mi, la sujeto fuerte, haciendo que gima de dolor.

-Sueltame, sueltame, que no entiendes.

Estoy loco. Aveces la locura es buena.

Ya estoy solo.

La aviento y ella cae fuertemente, golpeandose en ramas, y rocas, ya está muerta, la mate, y yo estoy bien. Es lo importante.

Con mis manos toco mi cara, y me exalto, haciendome saltar y llorar.

No encuentro razón en porqué hacerlo, solo lo hago.

-Mate a una persona-susurro-la mate, mate a Criss.

Llego a la casa, y me acuesto en el sofá, me quito mis tennis que traigo puestos.

Sujeto la almohada, y la abrazo fuertemente, tratando de calmarme, y parar de llorar. De sentirme mal, de sentirme culpable.

Solo aveces no es bueno desaparecer las cosas "a las personas".

Qusiera que mi madre estubiera aquí, ella huebiera impedido que subiera, y así Criss seguiria aquí. Mamá decía que yo era muy impotente cuándo se trataba de algo que me asustara. Que yo no quisiera hacer.

No creo poder perdonarme nunca. Ni en mi muerte.

PRUEBA SUPERADA: 8


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