El Retorcido Laberinto

Capítulo 4

Jaden, uno de los jefes de patrulla del Bosque Negro, regresó del bosque con su compañía varios días más tarde. Su patrulla y la de Dar había estado persiguiendo orcos fuera del reino, participando en sangrientas batallas y escaramuzas. 

Varios guerreros bajo el mando de Jaden habían resultado heridos y tuvieron que frenar su ritmo, sin saber que el retraso estaba a punto de costarle la vida a Legolas. Cuando llegaron al Bosque Negro, Jaden se quedó asombrado al ver la agitación y el ánimo oscuro que había en todo el reino. 

"¿Qué ocurre?" –le preguntó al Comandante Linden, que fue la primera persona con la que se encontró de camino a sus habitaciones. 

El elfo mayor miró a Jaden con tristeza. 

"El príncipe Legolas ha desaparecido." 

Los ojos de Jaden se abrieron como platos. 

"¿Cómo pasó eso? ¿Cuándo?" 

"Hace casi una semana. Supimos que desapareció cuando no se presentó para la cena. Hemos buscado por todas partes pero sin éxito. El rey y el príncipe Keldarion están locos de preocupación." 

Jaden cerró los ojos un instante, simpatizando con la familia del rey. 

"¿Quién lo vio por última vez?" 

"Creo que fui yo –dijo Linden en voz baja-­. La última vez que lo vi fue en el campo de entrenamiento. Iba solo hacia palacio –Linden sonrió con tristeza-­. Estaba tan decepcionado por no poder levantar la espada... debería haber enviado a alguien para que fuera con él, o acompañarlo yo mismo." 

"Pero el príncipe siempre se las arregla para escabullirse –señaló Jaden-­. Justo el día antes de irme lo encontré jugando con un ratón cerca de la entrada a las mazmorras. No quería que se perdiera dentro de esos oscuros túneles, así que le pedí a alguien de mi patrulla que cerrara la puerta de la prisión. Pensaba hablar con el rey sobre la instalación de un mejor cierre cuando regresara y... ¿Comandante? ¿Qué pasa?" 

Linden se había quedado en silencio y muy quieto, con los ojos muy abiertos. 

"¿Comandante?" 

"La mazmorra está cerrada" –susurró Linden, con la mente trabajando a toda velocidad. 

"Sí, me aseguré antes de irme. Pero, ¿por qué estás...? Oh –los ojos de Jaden también se ampliaron cuando lo comprendió-­. Oh, no. Quieres decir que no han buscado en el calabozo." 

"No, nunca pensamos que sería capaz de entrar" –respondió Linden, corriendo ya hacia las mazmorras. Jaden lo siguió sin quedarse atrás. Por el camino, Linden llamó a varios guerreros para que les ayudaran.  

Ni siquiera perdieron el tiempo en buscar la llave de la cerradura. Jaden simplemente blandió su espada y la cadena se rompió de inmediato. Los guerreros de Mirkwood corrieron a la mazmorra y comenzaron a llamar al principito desaparecido. 

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Legolas estaba soñando. Alguien estaba llamando su nombre. 

"¡Príncipe Legolas! ¡Príncipe Legolas! ¿Dónde estás?" 

El príncipe sonrió débilmente. Vienen a por mí... aunque solo sea en un sueño. 

"¡Príncipe Legolas! ¡Respóndame!" 

¿Linden? Legolas se animó. La voz sonaba como la de Linden. Y sonaba cerca. ¿Era real? 

"¡Príncipe Legolas! ¡Dime dónde estás!" 

Estoy aquí, intentó responder Legolas. Pero no podía encontrar su voz. Estaba demasiado débil para moverse, ni siquiera lograba mover sus dedos. Estoy aquí...