132.

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El puño de Danielle impactó en su cara de una manera tan impresionante que todos lanzaron un pequeño grito. Madison calló al instante, sosteniéndose de una silla para levantarse, pues nadie le había ayudado. Un gran moretón ya se encontraba en su pómulo y sonrío con malicia antes de intentar lanzarse sobre Danielle, pero fue sostenida por la cintura por Jack Gilinsky, que había sentido algo enorme por ella.

—Suéltame... ¡Suéltame! —Chillo mientras se alejaba del moreno—. Bueno, muchos... o más bien todos se preguntarán por qué interrumpí la boda de los tórtolos, o la boda de los famosos, porque así le decían a su boda, mis amor-

—¡Déjate de mamadas y ve al grano, hija de la chingada! —Gritó Marie Williams.

—Estoy embarazada.

El mundo de Danielle cayó. Sintió una opresión en su pecho, mientras la nariz comenzaba a picarle lo que significaba que lloraría en algún momento. Pero no lo hizo. Apretó la mandíbula y se mordió la lengua, Matthew se giró hacia ella al ver que está le soltó la mano y la cerraba en un puño. Pasó lo mismo que hace un momento, pero más fuerte y más doloroso para ella.

Ahí, frente al altar, con su peinado ya un poco deshecho y su vestido blanco y largo, se derrumbó. Cayó al lado de Matthew, que jadeaba de dolor en el piso. Lloró y tapo su rostro, haciendo que su maquillaje se corriera por completo. Después, miro a Matthew que ya se recuperaba y le lanzó tres golpes más en la cara con el puño cerrado.

—¡Me lo prometiste, me lo juraste! —Gritaba mientras sus puños iban a su cara sin ser parados por nadie—. «Cuando muera la última flor, cuando muera el último ser vivo, cuando mi corazón deje de latir, ese día será cuando deje de amarte» —Citó las palabras que le había dicho una noche antes y en ese momento a todos se les partió el alma en dos—. No lloré cuando mi papá murió, no lloré cuando todos se burlaban de mi cuerpo, no lloré cuando a mi madre le diagnosticaron cáncer, no voy a llorar de nuevo por un hijo de puta como tú.

Se levantó como pudo y se limpió las lágrimas que le habían salido sin su permiso, caminó hacia la salida de la iglesia con sus amigas detrás suyo sin decirle algo o tocarla. Danielle más que triste estaba enojada, no era conveniente intervenir.

Salía por la entrada, cuando sintió sus piernas flaquear.
Cayó sin previo aviso a la acera, mientras todos iban corriendo hacia ella.

Matthew por su lado se quedó parado en el altar, mirando a Madison con odio puro, con sus 11 amigos a su lado.

Creía que Danielle nunca se enteraría de lo que había hecho, por qué si, ese hijo era suyo y él estaba consiente de lo que hacia cuando fue a buscar a Beer. Y ahí, parado con su saco color negro y anillo en el dedo, se odio a sí mismo.

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