El muñeco.

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En la época medieval había un pequeño circo, tenían algunos espectáculos que le gustaban a la gente de aquel entonces, pero había uno en especial que se estaba haciendo muy popular.

Se trataba de una cabina de cristal que dentro tenia un "muñeco". El muñeco siempre tenia una expresión feliz, y cada vez que alguien introducía una moneda en esa pequeña ranura de su prisión de cristal, sonaba una melodía alegre, y comenzaba el espectáculo. El chico dentro de esa cabina comenzaba a bailar alegremente por un minuto exacto, nunca se mantenía en la misma posición pues cuando la musica se detenía era el momento de estar quieto nuevamente.

Muchas personas le habían pedido al dueño del circo que les vendiera a ese lindo muñeco que bailaba, pero el sujeto siempre se negaba diciendo que era algo sumamente valioso que no podía estar en las manos de alguien más que no fuera el o alguien del circo.

Al atardecer cuando todas las funciones terminaban y las personas comenzaban a abandonar ese sitio, las caravanas se iban recogiendo de poco a poco. Era el momento favorito del muñeco, significaba ser libre aunque fuera por las pocas horas que le permitían dormir.

Se acercaba el chico de siempre y aparecía por detrás, con una amable sonrisa hablándole para que al fin saliera de ese reducido lugar y se uniera a los demás en el descanso, también para que pudiera retirarse todo el maquillaje que llevaba más aquellas incomodas ropas infantiles y llamativas que siempre usaba en su función.

El chico que siempre se preocupaba por ir y avisarle al muñeco acerca de el final del día, era JongDae, uno de los payasos principales que a la hora del espectáculo era conocido como "Chen", su espectáculo era siempre uno de los más exitosos pues ese chico realmente sabia hacer bromas que divertían a todo el publico.

El pequeño muñeco mejor conocido como "XiuMin ilusión de cristal", o así ponía en letras negras la caja donde siempre se encontraba encerrado durante el día, no era que no le gustara el trabajar haciendo eso para el circo, pero como su cuerpo era débil en muchos aspectos fue lo único que podía hacer.

Además de que en ese pequeño circo se encontraba su única familia, todos en ese lugar eran una amable y cariñosa familia para XiuMin, el no quería defraudarlos y perder su lugar así que se mantenía en ese grupo, bailando desde que era un niño tras una pared de cristal.

Su aspecto normal, sin maquillaje ni ropas llamativas era el de un chico bastante 'lindo' al parecer de las chicas y algunos chicos pertenecientes al circo. No le interesaba el ser lindo pues eso aumentaría algunos de sus problemas existenciales.

XiuMin se encontraba justo sentado fuera de la tienda donde siempre descansaba, al ser uno de los que daban más ganancias al jefe de la caravana, sus ojos se mantenían perdidos entre el cielo estrellado de aquella noche, solo se vio interrumpido y sacado de sus pensamientos al escuchar la estruendosa voz de Chen.

- ¡XiuMin! Te estoy llamando desde hace un rato.

El muñeco lo miro sin mucho interés e hizo una reverencia acompañada de un 'lo siento' apenas audible para el otro chico.

- Siempre es lo mismo contigo, en fin. Me dijeron que te avisara sobre que mañana todos estaremos dentro de la carpa principal dando un espectáculo privado a un....

Chen rasco sus cabellos, y XiuMin al ver aquellas acciones dio por seguro que el menor había olvidado la mayoría de lo que le habían dicho.

- Entiendo.

Murmuró con su suave voz y hablo nuevamente.

- Entonces, mañana debo usar un vestuario más llamativo y formal, ¿Cierto? Gracias por avisarme, buenas noches.

Dijo con un tono neutral, y se adentro a su tienda dejando a un Chen riñiendolo desde afuera, no tenia ganas de asistir mañana a tal evento pero si le habían mandado a informar sobre eso, significaba que era algo importante, dejo de darle vueltas al asunto y se durmió justo cuando tocó su cama, el día había sido agotador.


En una de las posadas de aquella pequeña cuidad se encontraba el heredero de los Xiao. Le habían dicho que tenía que dar una imagen más amable ante los rumores de su pueblo, pero las opciones que le daban de oferta le resultaban realmente ofensivas como para ser hechas por alguien de su nivel, hasta que de entre todos esos papeles que le habían dado noto un pequeño sobre sin abrir.

Miro a su sirviente Sehun, cuestionándole con la mirada acerca de que era ese sobre y su acompañante de cabellos rubios negó con la cabeza dándole a entender que no conocía nada.

- Interesante Sehun, si tu me trajiste algo sin revisar debe ser por qué es algo bueno.

El chico más alto solamente se encogió de hombros, su amo le parecía tan extraño con esa actitud que se cargaba, pero no tenia el derecho de reclamarle pues le permitía estar con el todo el tiempo, además de que era la persona que lo mantenía con vida desde niño.

Luhan miraba aquel sobre con una inmensa curiosidad, no se decidía si abrirlo ahora o más tarde, pero su carácter impulsivo lo hizo abrirlo inconscientemente. Saco el papel doblado dentro de aquel sobre y se percato de que era una pequeña carta con una caligrafía y ortografía horribles, parecían ser de algún niño del pueblo, leyó la carta con suma paciencia.

"Señor Luhan, soy XuanShi uno de los niños que vivimos en sus tierras, en los rumores de las personas mayores hay uno que dice que usted hará una actividad para verse más humano como todos los demás.
Yo creo que para alguien que se mira siempre tan risueño como usted, no habría mejor actividad que ir a un circo, muchas personas van a esos lugares, son pequeños pero divertidos, debería considerarlo. "

La carta lo había hecho plasmar una sonrisa de oreja a oreja en sus labios cuando termino de leerla, no había mejor excusa que esa. El cumplir con la petición de uno de los niños de la cuidad, Luhan comenzó a reírse de manera alta sin sospechar nada sobre aquella invitación, que en realidad había sido escrita por una de sus tantas sirvientas, que se había tomado la molestia de avisarle con anticipación al circo.

El engreído heredero, Luhan, se quedo dormido justo en el lugar donde estaba sentado, raramente estaba deseando que el día terminara rápidamente para poder ir a explorar entre aquel lugar lleno de gente de clase baja. Su sirviente Sehun como siempre dio un largo suspiro, tomo con sus brazos a su tonto amo y lo llevo cargando hasta la habitación donde este mismo dormiría, se encargó de retirarle las ropas y colocarle una de las pijamas que más solía usar su amo, lo dejo en ese lugar mientras el también se retiraba a dormir.


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Una de mis historias sin publicar, como siempre mal escrita pues aun no esta muy clara la historia, solo lo anote para no olvidarlo, esto es un borrador.

Disfraz[XiuHan].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora