En la casa de la familia de LuHan todos eran adultos, lo obligaban a comportarse justo como un adulto a él también. Todo era estudios y aprender a ser alguien digno de ser el cabeza de la familia. No podía tener una infancia normal como la mayoría de los chicos de su edad.
Hubo una vez en la cuál una de las sirvientas de la casa iría directo al pueblo en busca de algunas cosas que hacían falta en el hogar, LuHan pudo escuchar aquello y exigió con sus berrinches de niño el que lo llevase con ella. La pobre mujer no pudo negarse a aquello, le informo a los padres del jovencito Lu y estos aceptaron.
La chica salió con un emocionado LuHan de aquella casa, fueron caminando justo como le habían ordenado, pero para Luhan aquello era como un paseo hacia un lugar desconocido. Estaba tan emocionado, era la primera vez que salia de su casa en sus cortos ocho años de vida.
El mundo exterior era sorprendente ante los ojos de aquel infante, había muchas personas y muchos niños de su edad corriendo libremente por todas las calles, estuvo envidioso de aquello, su mano iba fuertemente entrelazada con la de su sirvienta que seguía caminando por diversos lugares, LuHan evitaba el bombardearla tanto con preguntas.
Después de un rato caminando llegaron hasta un pequeño mercado callejero, había muchas personas ahí reunidas, LuHan se sintió temeroso cuando las miradas de algunos hombres se clavaban en el, pero iba con su sirvienta, ella tendría que protegerlo.
La chica camino por entre aquella multitud llevando consigo a LuHan. Entraron a un pequeño local donde parecia que vendían pan. Mientras la sirvienta de LuHan compraba algunas cosas dentro de aquel sitio, el infante decidió salir a observar un poco más las calles habiendo algo que le llamo demasiado la atención.
Un niño.
Había un niño sucio llorando al lado de unas bolsas de basura, sus ojos recorrieron el lugar miro a una señora irse caminando lejos de ese chico, su cerebro entendió algo, o al menos intento hacerlo.
"Aquel niño es pobre y tenia hambre así que tomo algo que no era suyo pero la señora lo descubrió y probablemente lo golpeó."
La deducción que había sacado LuHan por su cuenta parecía ser demasiado coherente con la escena. Entro de nuevo al local y jaló con una de sus pequeñas manos el vestido de su sirvienta.
- NaNa, necesitó que me compres dos de esos.
Dijo señalando al estante donde había algunos panecillos de chocolate, su criada asintió haciéndole un gesto con la mano al niño para que los tomase, después lo miro alejarse hasta la salida.
LuHan había conseguido dos de aquellos pastelillos de chocolate, miro hacia ambos lados antes de comenzar a correr en dirección hacia aquel chico pobre que parecía ser de su edad.
Se sentó en el suelo justo frente al niño y le ofrecio ambos panecillos.- Bueno.. Come esto, los traje para ti..
Murmuro con amabilidad y algo de vergüenza, el niño pobre levanto el rostro mirando a un LuHan sonriente, tímidamente con sus dos manos aquel desconocido tomo ambos panecillos comenzando a comerlos, los inocentes ojos de LuHan pudieron darse cuenta de que ese chico llevaba días sin comer, se veía por la forma en la cual devoró rápidamente aquellos bizcochos.
La sirvienta de LuHan no tardo mucho en salir de aquella panadería buscando con la mirada al pequeño niño que llevaba con ella, camino rápidamente hacia el y busco el ponerlo de pie con cuidado de no tirar las bolsas que llevaba en una de sus manos.
- Señorito Lu, no se aleje de mí, podría pasarle algo malo.
Musito NaNa con una voz estricta y algo molesta, LuHan la miro sin intensiones de moverse y señalo a aquel niño sentado en el suelo.
- Quiero llevarlo conmigo.
- Señorito Lu, no puede.
- Quiero llevármelo.
- Por favor entienda, no puede señorito Lu.
El chico sentado en el suelo observaba al niño que probablemente se llamaba 'Lu' pelear con aquella chica. No podía entender el porqué aque chico quería llevárselo, pero una sonrisa cansada apareció en sus labios cuando Lu le extendió una de sus manos para que se pusiese en pie.
Cuando SeHun tomó la mano de LuHan su corazón se acelero, sin saber porque se sintió feliz al caminar tomado de la mano de aquel chico. Al llegar a la casa de aquel chico todo fue algo extraño pues lo aceptaron de inmediato, sólo hubo una condición que le fue impuesta. Y él sin duda la cumpliría.
Protegerlo de todo y todos.
El tiempo paso y SeHun se mantenía siempre detrás de LuHan, lo cuidaba todo el tiempo. Mientras que LuHan ahora tenia un compañero de juegos permanente, no había mucha diferencia en sus edades así que los primeros días compartieron ropas (por capricho de LuHan), para SeHun lo mejor de estar con LuHan no era el tener un lugar donde vivir ni estar vivo, era el verlo sonreír.
La sonrisa de aquel ciervo lo salvo en todos los sentidos posibles, además de robarse su corazón.
Un día, cuando ambos apenas cruzaban los catorce y quince años de edad, estaban sentados juntos en la habitación de LuHan, estaban compartiendo un pastelillo de chocolate, justo como el de aquel día. Y así paso, en medio de una conversación normal de cosas triviales ambos compartieron su primer y último beso, en un juego de niños.
SeHun estaría siempre para LuHan y LuHan estaría siempre para SeHun, ese era el destino que la familia del ciervo aceptaba, SeHun se conformaba con mirar de lejos a su amor no correspondido, sólo mirar le era suficiente.
SeHun amaba el chocolate, SeHun amaba a LuHan por ser justo como el chocolate.
Dulce y amargo, frío y cálido, suave y duro.
El único problema que había era que a LuHan, le gustan más los malvaviscos.
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Porque escribir JunJan nunca está de más. Icnoren las faltas de ortografía, esa fue la forma en la cuál SeHun y LuHan se conocieron e hicieron amo y sirviente.
Por cierto, ¿Les gustaría que ya iniciase con el lemon, o qué la historia continue siendo inocente? [?]
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Disfraz[XiuHan].
RandomDetrás de una apariencia sonriente e inocente, puede haber muchos comportamientos desconocidos. XiuMin no es sincero con nadie. Luhan es demasiado ingenuo pues no ha vivido lo suficiente por el mismo. El dinero siempre puede comprar todo, incluso e...