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Viendo,

Que sostenías la mano,

De aquel muchacho,

Con una sonrisa,

Que ahora, no era mía,

Dándole a él, tu vida,

Lágrimas, no venían,

Me entristece, todo,

Chocaron miradas,

Las almas reveladas,

¿Ya no me amas?

Corrí,

El campo, me abrazo,

Mis penas se tragó,

Las extravió,

Todo, fue aquello que necesite,

Para decir adiós,

Y así poder salir,

Pequeña Lucía,

Volveré a verte algún día,

Con rosas, que crecen en el pecho,

Con ojeras, del tamaño de tus sueños,

Con pequeños añejos, en el corazón abierto,

Porque nadie te amaba, como lo hacía yo.


Boceto.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora