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No,no soy ese nombre tan bonito y pintorezco que aparece en la portada de esta cosa,que en realidad no sé cómo llamarlo. No es un libro y tampoco me atrevería a llamarla "historia".
Es más bien un drama,pero no se alteren que aquí no muere nadie... casi,pero no.
Se preguntarán por qué voy a hablarles de él y no de mi,como se hace costumbre. Bien,les diré:

Es más posible de lo que creen saber mucho de una persona,al punto de hasta reconocer sus suspiros en una habitación repleta de personas. Pero jamás vas a terminar de conocerla y no es por el dicho popular solamente,sino que es cierto,el que lo haya dicho por primera vez tuvo toda la razón.

No nos adelantemos,mejor vayámos a donde todo comenzó...

¿Que cómo lo conocí? Bueno,mejor preguntemos ¿que cómo creí hacerlo? Y sería una versión más completa y real.

Todo empezó cuando ingresé en la secundaria a un instituto lejos de mi distrito escolar,incluso lejos de la sivilización. O así me gustaba exagerar a mi.

No estaba emocionada por empezar,
mucho menos cuando me enteré de cuál sería la primera clase.
-Matemática no es tan difícil si te lo propones-la señorita Siklings me sonrió y yo solo pensaba en que esa mujer era una estúpida. Con su nariz operada,sus pechos operados,ella operada y encima esa voz chillona irritante,quería que se largara de una vez,ya descubriría yo sola como manejarme en este edificio que se caía a pedazos.
Caminamos por un largo pasillo lleno de estudiantes rabiosos y al final,en aquella puerta donde nadie entra,aquella puerta donde nadie mira,allí era mi salón.
-No,por supuesto-sonreí falsamente inclinando la cabeza para ver dentro del aula en la que aplastaría el culo 14 horas semanales.
Así es,dos horas de matemática:

t o d o s l o s d í a s.

-Anda,no seas tímida,entra,ya encontrarás nuevos amigos-me alentó aún con esa sonrisa y la única cuestión que flotaba en mi cabeza era que ¿cómo podía sonreir con tanto botox?
-Claro...-sonreí también y comencé a entrar a el aula rodando los ojos cuando alguien me empujó.
-Oh,lo siento-me miró con sus ojos azules y como inspeccionándome,sonrió con lo que a juzgar por esa sonrisa parecía haberse acordado de un chiste o estar planeando algo malo-es que no te vi. Eres muy bajita... deberías comer algo,o crecer...
Reí falsamente y me volteé para buscar un lugar,rodeé los ojos en lo que llegaba a el último asiento.
-Ja,y tu muy idiota...deberías comprar neuronas,o matarte-murmuré por lo bajo.
El chico que se encontraba a mi lado rió,lo miré por un segundo,o quizás algo más,lo que me permitió darme cuenta de que tenía una linda sonrisa y unos lindos ojos verdes.
-Difícil la vida del nuevo ¿eh?-volví a mirarlo.
-Algo así-contesté después de resoplar y encogerme de hombros.

Esto estará pareciéndote un total cliché,y créeme. A mí también...pero aún no conoces a Brooklyn.

¿Qué? ¿A caso creíste que era el chico que me molesta el primer día de clases? ¿Con el que llevamos un año entero odiándonos y al final del mismo nos casamos y tenemos bebés? Nop.

Oh...espera... ya sé. ¿Creíste que era el chico que el primer día me trata bien y luego nos hacemos amigos,lo cual no resulta tan así porque terminamos en algo más? Ups,lamento decepcionarte.

Ahora es cuando necesito que pongas algo de rock a la trama porque esto,esto es lo diferente.

Y no,no estoy jugando.

BROOKLYN.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora