N.

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Pasó el sábado,pasó el domingo y casi nada de tiempo para que después de ese día ambos siguiéramos por nuestra parte.
Y es que de verdad yo no lo entendía ¿cómo podía el pretender que nada había sucedido? Me sentía totalmente impotente de verlo,incluso cuando pasaba por enfrente de mí y ni siquiera me miraba;yo solo quería golpear algo.

Parecía que si,él lo había hecho. Yo era una más y había caído como ninguna otra.

Para los días que restaban del año,ese Brooklyn que había conocido se había esfumado.

El lunes luego de esa fiesta,en matemática,él llegó más tarde de lo que acostumbraba. Tenía el puño derecho con un raspón que ocupaba todo el mismo al igual que tenía algunos en la cara.

Solo entró sin decir nada y tirando su mochila a un lado se sentó en la última banca del salón.

Ese lunes era mi cumpleaños.

-Meri,¿tienes idea de dónde está Matthew? No lo he visto desde que sonó el timbre,los lunes también le toca mate a primera-Noah me habló haciendo que dejara de ver a Brooklyn.
-No tengo idea-solté,aunque tenía una vaga sospecha.

A la hora del almuerzo Matt apareció con un ojo morado. Apostaba lo que fuera,Brooklyn tenía algo que ver.

-¿Por qué te hizo eso?-me levanté de la mesa sin siquiera preguntarle si lo que pensaba era cierto.
-América,cálmate,no es grave.
-¡Si que lo es! Mírate como estas-le toqué el ojo cuando se acercó.
-¡Auch! Déjalo,no es nada.

No seguí insistiendo,pero definitivamente tenía que hacer algo.

Cuando el almuerzo terminó,salí de allí directo a los corredores,logré divisarlo saliendo fuera del instituto. Salí también pero me tomó por sorpresa y tapó mi boca con una mano hasta darme contra la pared. Apreté los ojos con fuerza e intenté no respirar lo suficiente porque un olor a cigarrillo me inundó por completo.

-¿Qué crees que haces?-me dijo al tiempo que soltaba mi agarre y me acorralaba con ambos brazos a la pared.
-¿Qué crees que haces tú? ¿A caso ahora te crees mafioso? No te tengo miedo-escupí las palabras en su rostro.

Se alejó un poco de mí y me lanzó una mirada como si de filos en los ojos se tratara.

-¿Qué quieres?-le dio una calada a su cigarrillo y luego soltó el humo hacia arriba.
-Quiero saber por qué no dejas a mis amigos fuera de esto.
-Oh,¿enserio lo dices?-rió-yo no los meto dentro de esto,ellos lo hacen. O pregúntale a Noah por qué tengo la cara así...-no podía creer que Noah lo haya golpeado,es que él era tan tranquilo y...-o quizás debas pedirle a Matthew que deje de asegurar que va a matarme por redes sociales,si cuando nos vimos me rogaba a gritos que no le hiciera nada-soltó una risa.
-Aún así lo golpeaste-me acerqué a él con el ceño fruncido.
-¿Y en qué te afecta?-su aire a despreocupación me exasperaba.
-¡Son mis amigos!-grité enfurecida.
-Ellos no son tus amigos,solo quieren acostarse contigo-parecía tranquilo diciendo aquello y eso sólo me enfurecía más.
-Irónico viniendo de ti ¿sabes? No sé ni por qué me molesto,eres un imbécil-grité otra vez.
Volvió a acorralarme contra la pared de ladrillos del viejo edificio haciendo que soltara un gemido de dolor.
-¿Crees que eres malo?-contesté luego de respirar-Te conozco,sé que no lo eres. No intentes pretender cuando estoy cerca,no voy a creerte-tomé el cigarrillo de una de sus manos para lanzarlo al suelo,le sonreí luego de pisarlo.
-De verdad no sabes con quién te metes-acercó su rostro al mío.
-¿Qué? ¿A caso vas a golpearme? Adelante,no creo que duela tanto como lo que me hiciste.
-Tal vez debería golpearte.
-Pues hazlo,¿qué más te qued...-sus labios chocaron con los míos en lo que parecía un beso más desesperado que los que estaba acostumbrada a recibir de su parte. Se puso peor cuando notó que no se lo correspondía.

Con una fuerza que no sabía que tenía logré apartarlo.

-¿Qué haces?-mi rostro se frunció y lágrimas amenazaron con salir-¿Piensas que puedes salir conmigo y hacerme creer que soy tu chica y todas esas estupideces que una vez me dijiste para luego revolcarte con otra y ahora volver a besarme como si nada? ¿Piensas que es tan fácil? Lamento informarte que no es así,eso no es justo,no está bien. Eres un asco y me das pena-logré gritar una cuarta parte de todo lo que tenía.
-Eso no es cierto Meri,escúchate,¿dónde quedó aquel amor?-comencé a reír.
-¿Es enserio? ¿Por qué no le preguntas a aquella rubia dónde mierda quedó el amor? Si sigues haciendo esto te vas a quedar solo...y lo siento mucho por ti,porque yo de verdad te amaba-y aún lo hacía,no se olvida de un día al otro. Pero él no necesitaba saber eso.
-Sin ti ya lo estoy,América-no podía creer lo que estaba escuchando.
-Ahórrate las mentiras-me volteé para irme cuando me sujetó de un brazo e intentó besarme otra vez.
-Jamás vuelvas a tocarme,¿entendiste?-sentencié luego de golpearle la cara tan fuerte que podía asomarse la marca de mi mano en su mejilla.

Días después pude notar lo que estaba haciendo y en qué se había metido:

drogas.

Ese momento fue cuando decidí ponerle un fin a lo que sentía. Un alto que debí haber puesto hace mucho tiempo.

BROOKLYN.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora