Epílogo

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Eran tan solo las 7 de la mañana, pero en la casa de Samuel y Guillermo la energía ya estaba al cien. Samuel cocinaba un delicioso desayuno, nada muy elaborado, era un simple huevo revuelto y unas tostadas. Guillermo por su lado, batallaba con un pequeño niño de 5 años, quien no se dejaba vestir, se removía y no se estaba quieto, mientras que la paciencia de su papá Guille disminuía de a poco.

—Venga, Nick, deja que te ponga la playera– Guillermo le rogaba a su hijo, quien  se movía y reía mientras exasperaba al mayor. —Por favor, estate quieto– dijo y con un movimiento rápido logró atrapar al pequeño y acostarlo en la cama, para después colocar la playera morada.

Nicholas era el pequeño niño que habían adoptado Samuel y Guillermo hacía cuatro años, este pequeño había dado un giro increíble en la vida de estos dos hombres. Samuel había tenido que disminuir sus horas de trabajo, al igual que Guille, ambos acordaron no dejar su empleo, pero tampoco descuidarían a su familia.

Ya habían pasado unos minutos y la lucha de Guillermo contra Nick había terminado, al igual que Samuel con el desayuno. El padre y su hijo se dirigieron a la cocina, donde la en la mesa estaba servida la comida. Guille y Sam se dieron un beso y se susurraron "buenos días". Aún después de un tiempo, estos dos chicos se seguían amando igual que siempre, diario se sonreía y se hablaban, tenían una comunicación constate y no se guardaban nada.

Nick se sentó a la mesa y comenzó a comer, al igual que sus padres. Todos mantuvieron una conversación, los mayores siempre intentaban incluir a su hijo en sus planes y charlas, aún así cuando hablan de finanzas y cosas de adultos.

—Mañana tengo el día libre, podríamos pasarla con Cristina. Quiere que Nick y Laura pasen tiempo juntos– anunció Guillermo mientras se metía un bocado a la boca.

—¡Claro! De hecho a Nick le encanta jugar con Lau, ¿no es así campeón?– preguntó Sam a su hijo, quien asintió alegremente y continuó comiendo.

Cristina se había vuelto un gran apoyo para ellos cuando adoptaron, su conocimiento sobre niños era lo básico de lo básico, de hecho Nick llegó a pasar tanto tiempo con Tina que algunas veces la llamaba mamá, por la costumbre de escuchar a Lau, su hija, llamarla de aquella forma. Aquello no molestó a Tina para nada, ya que básicamente había criado a Nick como su propio hijo, y sabía que sus amigos estaban totalmente de acuerdo, además de que era su madrina.

Siguieron con su conversación y unos minutos después terminaron de desayunar. Toda la familia salió del apartamento de donde vivían, subieron al carro de Guille y llevaron a Nick a casa de Cristina, quien lo llevaría al colegio, el mismo al que asistía Laura. Aquellos dos niños eran como hermanos, aunque Lau tuviera un año más, los dos se llevaban de maravilla.

Lo dejaron en lo de Tina y continuaron su camino a sus respectivos trabajos. Después de un corto silencio Guille se animó a decirle algo a Sam.

—Samuel– nombró a su pareja.

—Dime, cariño– respondió mientras apagaba el móvil y le ponía atención al menor, quien iba manejando.

—Ayer hablé con Frank. Me pidió que quedáramos para comer, acaba de volver de Alemania. Dice que quiere conocer a Nick y nos quiere presentar a alguien– cuando terminó de hablar un súbito silencio inundó el auto. —¿Sam?–

—Vale, está bien. Sabes que lo perdoné y me encantaría darle una segunda oportunidad de ser amigos. Aunque no empezamos con el pie derecho, todos merecen otra oportunidad– sonrió y colocó su mano sobre la palanca de velocidades, donde también yacía la mano del menor, quien también sonrió.

Al momento de llegar al hospital donde Samuel trabajaba de bajó, no sin antes darle un casto beso a su pareja. Ambos se desearon buen día y finalmente Guillermo se encaminó a su trabajo.

No te Vayas || WigettaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora