Hoy observé como salía el sol.
Uno de sus rayos se coló por mi oído y me confesó lo bonito que según él es vivir.
Él vive desde hace mucho tiempo.
Ha conocido a tanta gente...
Ha sido testigo de tantos desamores...
Tanto sufrimiento...
Tantos dolores...
Me comentó uno a uno.
Y siguió contandome así:
Núnca tu mal superará el de otro, porque el sufrimiento humano no tiene límite.
Lo que si tienen todos los males del mundo es algo en común.
Ese algo: solución.
Yo soy el sol, la cosa más grande y peligrosa que jamás conocerás.
Pero cuando cae la noche, eso puede conmigo y desaparezco.
¿Acaso crees que alguno de tus problemas es invencible y puede no desaparecer?
Que sabio es él sol pensé yo.
No te subestimo amiga pesimista.
Pues debo confesar que hay problemas imposibles de solucionar.
Pero...
Si podemos cubrirlo con unas cuantas sonrisas y un poco de alegría...
¿Por qué no hacerlo?
Que sabio es el sol, volví a pensar yo.
Mi problema no es tan grave.
Ni invencible.
En el caso de que lo fuera siempre lo podría minimizar con un poco de positividad.
Un poco de realidad.
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Lo que en silencio guardo
PuisiA veces me apetece refugiarme en el oscuro y frío mundo que crean mis propios pensamientos. A veces me apetece huir y esconderme bajo las sabanas de mi cama. A veces me apetece desaparecer. A veces me apetece escribir. Hoy me apetece empezar a compa...