No estás,
otra vez.
Parece que te fuiste hace tiempo.
Eres como aquel ser querido
al que le pido que vuelva.
Pero tú no eres cómo él.
Sigues viniendo,
pero no lo suficiente.
Te vas antes de que me haya dado cuenta de que volviste.
Me pone triste pensar
en la ausencia que desprendes
aún cuando sigues aquí.
Y en la presencia que recuerdo
de aquellos días,
en los que me abrazabas,
decías que te quedarías por mucho,
y te quedabas.
Aún me pregunto,
por qué lo haces.
Lo que te empuja a seguir yéndote.
Y es que te necesito,
y ni te das cuenta.
Que cuesta recordarte cuando no estás.
Y ni te reconozco al verte a mi lado.
No estás.
Pero te quiero pichón.
Mi condena sería,
llorar otra vez
cuando has sido tú
quien se ha marchado de nuevo.
