Tiene todas las treguas pendientes,
las promesas en la lista de cosas por hacer,
una caja de zapatos llena de pasado.
Camina de puntas y con un sinuoso bailoteo,
para no hacer ruido
y que todos los charcos queden marcados.
Nació con los ojos rojos
de ver lo que se le venía encima.
No preguntes,
te dirá que no ha conseguido dormir en 5 noches.
Da abrazos que no le llenan,
y canta canciones sin argumento.
Prepara los mejores cafés del mundo,
pero no le echa azúcar por miedo
a ser empalagosa.
Tiene dos armarios en la cocina,
más en orden que su cabeza.
La ropa por colores,
y los zapatos por altura.
Tiene 3 gatos,
uno por cada acontecimiento feliz.
Una bicicleta de segunda mano
y un cuaderno bajo llave.
Cuando se hace de noche,
descorre las cortinas,
apaga las luces
y se hace bolita en algún rincón de la casa.
Sueña con un nuevo día,
uno que le depare noches menos oscuras,
sueños más vivos,
y un alma menos moribunda.
A la mañana siguiente
lo mejor que ha conseguido,
es decidir qué zapatos ponerse
y seguir andando con el ritmo de siempre.
