Palabras silenciosas (JiHan♥)

11. La primera vez

Advertencia: Lemon... aunque es más limonada por lo dulce 7u7

"Entra..." rompió el silencio Jeonghan, dando espacio para que el menor pudiera pasar. Jisoo no lo pensó dos veces antes de entrar. Cuando sintió como la puerta se cerraba tras él, se giró, encontrándose con aquel muchacho de ojos oscuros y ahora de cabellos largos del que se había enamorado perdidamente, aquel muchacho por el cual había entrado a estudiar medicina, y aquel al que le había prometido que jamás nunca lo haría llorar.

Jeonghan levantó sus manos para iniciar una conversación, pero súbitamente se detuvo cuando los brazos de Jisoo lo encerraron en un abrazo.

"Te amo, te amo tanto. No me importa si no me escuchas, no me importa si eres mudo, ciego, bruto, no me importa nada. No sé qué haría sin ti, te amo tanto. Tanto" susurró Jisoo, y aunque sabía que Jeonghan no podía escucharlo, seguramente los latidos de su corazón le podrían explicar lo que a veces con palabras no se podía. El mayor devolvió el abrazo sintiendo como todo su cuerpo se relajaba con tan solo aquel gesto.

Lentamente ambos rompieron el abrazo, quedando conectados solamente por sus manos. Se miraron eternamente, como si no hubieran sido horas sino años los que pasaron separados. Entonces Jeonghan se dio cuenta que no había nada más hermoso que ese momento, pensamiento que desechó completamente cuando los labios de Jisoo hicieron presión sobre los suyos, y esta vez, a diferencia de muchas otras, no había suavidad en el toque, sino desesperación, amor y deseo. El mayor se entregó, dejando que Jisoo introdujera su lengua y jugara con la propia dentro de su boca, dejó que lo tomara de la cintura y lo acercara a su cuerpo de manera que no hubiera ningún milímetro de separación. Jeonghan pasó sus brazos alrededor del cuello del más alto, manteniendo el contacto.

Cuando el aire fue insuficiente para ambos, se separaron lentamente, Jisoo dejando pequeños besos por el rostro de su novio, que sentía como las lágrimas caían parsimoniosamente por sus mejillas. El menor volvió su rostro al mayor, y vocalizando un suave «Te amo» lo tomó en brazos, haciendo que el mayor se sorprendiera.

"¡Bájame!" vocalizó el castaño, no pudiendo evitar reírse por la estupidez de su novio. Jisoo negó, llevando al mayor a su habitación. La cama no estaba desecha, lo que significaba que Jeonghan junto a su hermano habían dormido sobre ella, lo que hizo sonreír enormemente al menor. Sentó al mayor en la cama, recorriendo con sus manos su rostro, mirándolo con tanto amor que Jeonghan pensó que su corazón dejaría de latir en cualquier momento.

"Te amo, jamás de los jamases lo dudes" murmuró el menor antes de besarlo nuevamente. Rompieron lentamente el beso y el mayor llevó sus manos al rostro del moreno, tratando de dejar en claro con sus ojos que sus sentimientos eran los mismos.

Haciendo el amago de mover sus manos, Jisoo lo detuvo, reteniéndolas, besándolas, admirándolas. Sabiendo que era el momento, el menor las dejó y sin esperar, se sacó la polera, dejando su torso desnudo frente a un Jeonghan ruborizado. Con un poco de nervios, sacó también la polera del mayor, recostándolo lentamente, con su cuerpo encima.

Jeonghan suspiró, sintiendo como mil chispas eléctricas recorrían todo su cuerpo, cuando su torso desnudo y el de Jisoo hicieron contacto. Los labios de Jisoo dejaron de deslizarse por su cara y se concentraron en el lóbulo de su oreja, haciendo que su cuerpo rápidamente comenzara a encenderse, los labios del menor siguieron bajando por su cuello, deteniéndose en el lugar que se unía a sus hombros, lamiendo, mordiendo, besando. Jeonghan llevó entonces una de sus manos a la cabeza del menor, incitándolo a no detenerse. Jisoo sonrió, mirando con orgullo la cara sonrosada y semi excitada del mayor.

Cuando el menor llegó a una de sus tetillas, Jeonghan no pudo evitar un pequeño gemido, sintiéndose extrañado ante eso, llevó su mano libre a su boca, tratando de evitarlos. Jisoo por su parte, siguió jugando con aquel pequeño botón rosado con su lengua, mientras sus manos se dedicaban a acariciar el cuerpo del mayor.