Epílogo + Recomendación

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Gracias por todas aquellas primeras veces que me dejaste compartir junto a ti.

*10 años después*

"Ya basta tío" le pidió Jihyun, tratando de alejarse del ataque de besos que su tío le daba.

"Ya no juegas conmigo como antes" lloriqueó él, soltándola.

"¡Tengo casi 18!" le gritó ella, avergonzada. Siempre era lo mismo cuando estas fechas se acercaban, y aunque ella decía que no, siempre terminaba abrazada a aquel hombre que la consentía y quería más que a su propia vida.

Jisoo la abrazó con fuerza, escondiendo su rostro en el cuello de su sobrina, ahora toda una mujer. El calor de sus brazos le recordaba a él, y de alguna forma Jihyun lo hacía sentir vivo.

"¿Vas a ir hoy también?" preguntó ella, mientras acariciaba los cabellos de su tío.

"Sí, pero iré más tarde, tengo que pasar por el centro de protección primero" le sonrió, porque a pesar de todo, él estaba bien. Tranquilo.

"¿Vas a hacer todos tus ejercicios esta vez?" preguntó con dulzura, despejando el rostro de los cabellos rebeldes que caían por su cara. La pequeña asintió, con un puchero en sus labios. "Muy bien" la felicitó. "Ahora ve a jugar, pero no le digas a tía Joy que te dejé salir a jugar, ¿si?" agregó, y el rostro de la muchacha se iluminó mientras corría al patio de aquel lugar.

"Los consientes demasiado" dijo una voz por detrás. "Les haces un mal" le recriminó.

"No les hago un mal, ellos saben que es lo que tienen que hacer. Si los consiento es porque este lugar es para eso. Para enseñarles, consentirles y hacerlos sentir queridos" le contestó con una sonrisa a su colega. "Esta fue la principal razón por la que cree este lugar" agregó, mirando hacia el jardín.

Había niños, de todas las edades. Todos eran sordomudos. Como lo había sido él. Había dejado de lado las investigaciones sobre hacerlos escuchar de nuevo y había puesto todo de sí para abrirle la mente al mundo y demostrarles que ellos, son iguales al resto, simplemente necesitan un segundo más de atención.

"Él estaría orgulloso de ti, ¿sabes?" le dijo ella, con una sonrisa nostálgica en su rostro.

"Lo sé" respondió simplemente, saludando a Wonwoo que venía caminando un poco más allá, tomado de la mano, de su inseparable novio. "Los profesores ya están aquí. Hazlos entrar" le comunicó, volteándose y caminando hasta su oficina.

No había día que no lo recordara. Su sonrisa. Sus abrazos. El calor de su piel y el color de sus ojos. Muchas veces había intentado rehacer su vida, conocer a alguien, enamorarse de nuevo, pero había sido simplemente imposible, así que se había dedicado a crear aquel centro, en el cual, todos aquellos como él, tenían un lugar donde ser protegidos.

Se sentó en su escritorio, mirando la foto frente a él.

Se cumplían 10 años desde que lo había perdido. Una eternidad para él.

Dejó la foto en su lugar y se levantó, sacándose la bata y dejándola colgada en el perchero de su oficina, para luego tomar su chaqueta y ponerla. Hacía frío, pero no tanto como para que la lluvia o la nieve cayera.

"Nos vemos más tarde" se despidió de los que estaban en el lugar, Wonwoo lo detuvo un segundo, regalándole una sonrisa, la cual no pudo más que devolver. "Estoy bien, solo voy a ir a saludarlo" le dijo, tranquilizándolo.

El camino hasta el lugar era largo, sin embargo el sonido de la música lo acompañó.

Cuando llegó había flores, comida y un peluche. Probablemente ya toda la familia había ido a verlo, incluida la hija de Hansol, que cada vez estaba más grande, y que al igual que Jeonghan, había nacido sin audición. Era una de sus alumnas, y era por eso que nunca había perdido el contacto con su cuñado, pero creía que aunque no lo fuera, probablemente el menor nunca hubiera dejado de ir a visitarlo, tan solo para saber cómo estaba.

Dejó la pequeña margarita que todos los años llevaba en un rincón, sentándose luego frente aquel montículo donde descansaba su amor.

"Hola" saludó, acariciando con una mano el pasto crecido. "Ha sido un largo tiempo sin vernos" susurró, sin dejar de tocar el pasto "El centro está bien. Wonwoo y Mingyu están haciendo clases. Yo también hago y Joy también. Hemos aceptado más niños y estamos viendo si contrataremos más gente o no. Está creciendo el lugar. Todo gracias a ti" le comentó. "Aún te extraño, ¿sabes? Todos los días, todas las horas. Me haces falta Jeonghan" susurró, sus ojos anegándose de lágrimas, como cada año. "En estos diez años nunca te he agradecido todo lo que hiciste por mí" agregó con dulzura, dejando que las lágrimas se deslizaran por su mejilla. "Te amo, y gracias. Gracias por todas aquellas primeras veces que me dejaste compartir junto a ti Jeonghan" finalizó, cerrando sus ojos y dejando que el aire a su alrededor lo hiciera sentir vivo.

Gracias.

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Y así siguió la vida de Jisoo. Recuerden que esta bonita historia no es mía, es una adaptación. Espero que hayan disfrutado en leerla y me disculpo si no era lo que esperaban, yo en mi opinión y aunque suene masoquista, el final fue muy bonito y poco común, al igual que la novela en sí.

RECOMENDACIÓN: Si quieren seguir leyendo sobre esta hermosa couple, les recomiendo Duobus lateribus de Meliana_0515. Sinceramente, está chica busca las palabras adecuadas para contar la historia y de eso hace una agradable lectura. Me gusta mucho y espero que a ustedes también. Apoyen su trabajo porque es maravilloso.

Bien, eso fue todo, las leo en las otras novelas ^﹏^
Y claro, nunca falta el AKKINDA♥

Palabras silenciosas (JiHan♥)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora