Sólo yo lo llamo así

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Ya llevábamos tres meses de clases y la escuela no resultaba tan aburrida con Ceniza a mi lado, ya me había acostumbrado a llamarlo Ceniza siempre, solo cuando estaba enojada o seria, lo llamaba Daniel.
Estábamos sentados en nuestros puestos de principios de años, Ceniza estaba a mi lado con su cabeza apoyada en mi hombro, escuchaba su suave respiración, se había quedado dormido.

-Ahora voy a sacar al azar a alguno de ustedes y quiero que contesten la pregunta- dijo la profesora viendo la lista, estábamos en lenguaje, la asignatura que aburría más que ninguna a mi amigo, aún que para mi era mi favorita.

-Daniel Black- dijo la profesora buscando con la mirada. Empuje su cabeza y él abrió los ojos enseguida.

-¿Si?- Preguntó mirando desorientado a la profesora. Me mordí la mano tratando de no reír ante su cara de desconcierto.

-La pregunta, respondala- repitió la profesora mirandolo con sospecha. Apiadandome de Daniel le acerque disimuladamente mi cuaderno para que leyera la respuesta, él me sonrió.

-El Dramaturgo es aquel que crea la obra dramática- leyó de mi cuaderno y miró con suficiencia a la profesora, ella asintió y posó su mirada en mi.

-Muy bien señorita Argent- dijo enviándome una media sonrisa, y dirijiendose por mi apellido, le devolví el gesto y recupere mi cuaderno.

-No se vale, te tiene buena- reclamó en voz baja Daniel escribiendo los apuntes que no había tomado. Solté una risa, esa profesora era la única ha la que le caía bien.

-Tú te quedaste dormido, es tu culpa- dije mirandolo con burla, el me sonrió y volvió a apoyar su cabeza en mi hombro.

-Deberías trabajar de almohada- Contestó acariciando mi hombro con su cabeza como si fuese un gato, lo que me hizo reír.

Tomamos los últimos apuntes y el timbre sonó. Ibamos a levantarnos para salir y sentarnos donde siempre cuando Stephanie, y su séquito apareció. Stephenie es una chica alta de tez morena, delgada, con un rostro común, pero ella se cree más, y siempre anda molestando a todo el mundo.

-Oye Dani, ¿Quieres venir con nosotras a dar una vuelta? Lo raro se te puede pegar si sigues con... eso- dijo apuntandome. La miré con una ceja alzada y luego mire a Ceniza, él tenía una sonrisa coqueta en sus labios y miraba a Stephenie de arriba abajo.

-Creo que paso, si me junto con ustedes puede que se me pegue su facilidad y poca capacidad de ver la realidad- dijo haciendo un gesto de despedida a Stephanie. Solté una risita, Daniel no era simpático con los demás, los trataba mal y no tenia ningún inconveniente en herir los sentimientos de las demás personas, solo a mi me trataba bien y se portaba simpático. Stephanie lo miró un rato y luego sonrió, ella era tonta de verdad, ni siquiera conocía el sarcasmo.

-Vamos Dani, te estás haciendo el interesante, pero puedes seguir haciendo eso mientras vamos a comer algo- dijo con una sonrisa que mostraba su colmillo torcido. Daniel soltó un suspiro exasperado.

-Pequeña, vamonos, así estas cabezas huecas nos dejan en paz- dijo poniendose de pie, yo también iba a hacerlo cuando Stephanie soltó un grito y se colgó del brazo de Daniel.

-¿Ves? Yo sabía que no te podías resistir, y me encanta eso de que me digas pequeña, es muy tierno- dijo abrazando el brazo de Ceniza. Mi paciencia se acabo, él solo me decía Pequeña a MI, y ella no tenía nada de pequeña, además, sólo yo puedo tocarlo, me levanté para golpearla cuando una sonora carcajada de Ceniza me detuvo.

-A ti jamás te diría ningún apodo, ni siquiera perra, ya que ni eso alcanza para describirte, le hablaba a Cassie, contigo no voy ni a la esquina- dijo sacudiendose a la odiosa de Stephanie.

-Ceniza, vamonos antes de que se nos pegue algo- le Susurre mientras tomaba su mano y caminábamos hacia fuera, para mi mala suerte Stephenie nos escuchó.

-¡Ceniza! Deja de juntarte con esa, nosotras somos mucho mejores- Gritó corriendo tras nosotros, y ese fue el mayor error de su vida. Tome un cuaderno que estaba sobre una de las mesas y con mi puntería de campeona se lo lance dándole en toda su cara.

-Sólo YO lo llamo así- dije con rabia en mi voz, Stephenie me miró con miedo y se alejó, por fin entendió.

-¿Entonces solo tu me llamas así?- Susurró con burla en mi oído, haciéndome estremecer.

-Sí, ese apodo te lo puse yo, y solo yo te llamo así- contesté tomando su mano y jalandolo fuera de la sala.

Dust And AshesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora