Bajamos las escaleras y nos dirigimos al patio, pocas veces hacíamos eso, y esas pocas veces era para comprar nuestro almuerzo en la cafetería.
-¿Viste la cara que puso cuando le llego el cuaderno?- pregunté sin aguantar la risa, Ceniza también soltó una carcajada.
-¿Prácticas puntería acaso?- Preguntó alzando una ceja divertido. Yo me reí.
-Algo así- contesté sorprendiendolo, él me miró buscando una explicación.
-Vamos cuenta- dijo pinchando mi estómago y causandome cosquillas.
-Práctico con el arco- dije con una gran sonrisa. En el verano mi madre y yo nos íbamos de vacaciones a una finca heredada por parte de mi abuelo, que era un lugar lleno de bosques, lagos y caballos salvajes, ahí tenía un amigo que me enseñaba a usar el arco y flechas a cambio de que le ayudará con los animales de su finca.
Daniel me miró escéptico y luego rio.
-¿Lo dices en serio?- me pregunto luego de un rato en el que no cambie mi expresión.
-Sí, me enseña un amigo- respondí. Ceniza arrugó el ceño y caminamos por el patio.
Caminamos en silencio, algo no muy normal en Ceniza, ya que él siempre tenía de que conversar, mire su rostro y vi que lanzaba una fría mirada a alguien, seguí su mirada y observe a un grupo de chicos unos dos años mayor que nosotros mirarnos con cara de bobos. Los mire sin comprender cuando sentí un fuerte brazo en mis hombros y quede pegada al pecho de Daniel.
-Eh... ¿Por qué haces esto?- Le pregunte atrapada bajo su brazo. Él seguía enviándoles malas vibras con la mirada a aquellos chicos.
-Porque esos de allá te están violando con la mirada- Contestó. Solté una carcajada, yo no tenía nada de linda como para que me miraran.
-No te preocupes, deben estar mirando a alguien más, yo no soy linda- dije caminando despreocupada. Daniel me miró como si estuviese loca.
-Eres una de las chicas más lindas del colegio, y si te fijas tienes muchas miradas sobre ti- dijo apuntando diversos grupos de chicos que... tenían su mirada puesta en nosotros.- Y eso empieza a molestarme- Comentó con una fría expresión.
Sin darme tiempo ha nada me dio un casi beso, mitad labio, mitad mejilla. Sentí como mi cara empezaba a calentarse.
-¿Qué fue eso?- pregunté mirando el suelo. Ceniza se echó a reír junto a mi.
-Sólo les demuestro que tu eres mía- Susurró pegando su nariz en mi mejilla y acariciando mi cara con sus labios mientras hablaba. Abrí los ojos atónita.
-¿Qué dijiste?- pregunté sin creer lo que escuche.
-Que solo les demuestro que tú eres mi amiga- repitió soltando una leve risa. Sentí un alivio y decepción al escuchar eso.
-Vamos a comprar nuestros almuerzos, tengo hambre- dije comenzando a caminar. Ceniza volvió a pasar su brazo por mis hombros y yo me abrace a su cintura.
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Dust And Ashes
Novela JuvenilLa vida de Cassie Argent siempre fue normal, según lo consideraba ella. Cassie no tenía amigos, sufría de bulling, y siempre estaba sola, según ella, esa era la típica vida de un adolescente... Pero cierto día, en el que todo estaba saliendo mal, c...