CAPÍTULO DOS

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Toc, toc.
Golpes, escuchaba a lo lejos que llamaban a la puerta pero le parecía imposible levantarse. Estaba agotado.

— ¡Suho! ¡Abre la puerta! —una voz gruesa y conocida trajo al chico durmiente a la realidad.

Se levantó de mala gana y acudió a su llamado. En cuanto abrió la puerta Chanyeol entró congelándose.

—Demonios, hace demasiado frío allá afuera. Lo siento hyung, era una emergencia. —se disculpó al mismo tiempo que frotaba sus manos para entrar en calor.

Suho no dijo nada, sonrió con cansancio y se sentó al lado del pequeño, que no era tan pequeño, ya que medía casi dos metros.

— ¿Qué pasó? —preguntó en medio de un bostezo.

—Mi vecino y su novio, llevan horas, horas... —titubeó —teniendo relaciones, son muy ruidosos, intenté ignorarlo pero no pude soportarlo y tú eres el único al que puedo acudir.

—Ya veo... ¿Cómo aquella vez de los gatos? —mencionó Suho.

Chanyeol comenzó a reírse.

— ¡Si! —exclamó con ironía ante el recuerdo de su infancia.

No tenía más de nueve años cuando se quedó solo en casa, en la noche una pareja de gatos decidió realizar el acto de apareamiento y entonces Chanyeol huyó de casa hasta la del vecino, su amigo Suho quien siempre había sido como un hermano mayor para él. — ¡Creo que se estaban matando! —había dicho él con inocencia, mientras que Suho apenas un año mayor, sabía que aquellos gatos no estaban peleando.

—Anda ya, durmamos. —dijo al mismo tiempo que iba de regreso hacia su habitación.

Chanyeol le acompañó y juntos en cuestión de minutos cayeron dormidos.

Sehun veía la televisión, luego de discutir por enésima vez con su novia, no había nada más relajante para él que ver infomerciales en la madrugada.

La puerta de su departamento se abrió, un chico pequeño y con grandes ojos brillantes entró. Era Luhan, su compañero de habitación.

— ¿Sehun? ¿Qué haces despierto a ésta hora? —preguntó con preocupación.

—No puedo dormir, ¿Y tú, Luge? ¿Dónde has estado? —respondió Sehun.

Ambos sabían la respuesta, Luhan no era un muchacho normal y Sehun lo sabía bien. Luhan era gay y como cada viernes se dedicaba a tener aventuras nocturnas. Sin embargo él escondía sus preferencias, Sehun no comprendía porque su amigo seguía ocultándole cosas evidentes, temía que no confiara lo suficiente en él.

—Ya sabes... una chica... —carraspeó la garganta y se acurrucó al lado del más alto en aquel pequeño sillón.

— ¿Cómo era?

—Bajita, bonita, ya sabes... como todas. —dijo desinteresado.

—No, no sé Luge. Cuéntame. —Sehun insistió.

—Uhmm... no importa, ella no era mi tipo —emitió un bostezo para así intentar dar por terminada su conversación, sin embargo el menor estaba curioso.

— ¿Tienes un tipo ideal? ¿Cómo es? —le acorraló.

—Sí, pues verás... me gustan curiosas -dijo con picardía, aunque inmediatamente se arrepintió y se corrigió a sí mismo—con grandes ojos, cabello largo, que sean lo suficientemente... maduras —inventó repentinamente —Voy a dormir ya, hay trabajo en la tarde. Deberías hacer lo mismo Sehunnie ~

Luhan se puso de pie para así dirigirse a su habitación, sabía que estuvo a punto de cargarla.

—Luge... —Sehun lo dijo en casi un susurro que le puso la piel de gallina.

Con timidez el chico con grandes ojos volteó a mirarle — ¿Si?

Ambos tragaron saliva.

—Duerme bien —dijo por fin.

Con dolor en el pecho, Lu fue directo a la cama y abrazó en silencio a su almohada —Algún día, Sehunnie, algún día... —susurró para sí mismo.

Kyungsoo estaba muerto, el cuerpo desnudo de su pareja se encontraba a su lado abrazándole y su brazo estaba lo suficientemente adormecido, tanto que sentía que dentro de poco lo perdería.

Se liberó del abrazo de su compañero y se vistió en silencio, el sol ya había salido y tenía cosas que hacer por lo que huyó con cautela del departamento de Baekhyun.

—Oh, Kyungsoo ¿cierto?, buena la de noche ¿Ah? —Kyungsoo dio un sobresalto cuando notó al chico gigante de la noche anterior parado frente a él.

Evitó a toda costa el contacto y caminó en silencio hacia las escaleras.

¿Cómo diablos supo mi nombre? —Se preguntó a sí mismo en medio de su huida —Oh... ya veo —dijo al pensar con más profundidad. Seguro todos en ese maldito edificio ya debían saberlo.

«Nota mental: Debo taparle la boca a Baekhyun la próxima vez. »


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