Secreto del cuarto

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Terminó de leer el mensaje. 

Sus mejillas ardían, quería destrozarlo, por su mente brillaron miles de ideas para contestarle y dejarle callado de un zarpazo pero algo en su pecho se lo impidió, aquellas brillantes ideas eran mentira.

Guardó el teléfono en el bolsillo trasero de su pantalón, la frustración le hacía  hervir la sangre, "¿Por qué debo sentirme avergonzado? es normal ¿No?" Pensó.

- Yugyeom por favor, no tardes- le espetó JB mientras adentraba su cabeza de nuevo en el cuarto y cerraba la puerta a su lado.

Había salido de la sala de prácticas a causa de la interrupción provocada por su teléfono, las constantes vibraciones le hicieron perder el ritmo de la poderosa canción que ensayaban y ahora, en ese justo momento se arrepentía infinitamente de haber leído aquel mensaje.

Tomó tanto aire como sus pulmones se lo permitieron y aguantando la respiración se adentró en la sala de nuevo.

45 minutos después.

Seguía sin lograr capturar el ritmo que llevaba anteriormente, los demás estaban molestos, lo sabía, el enojo se reflejaba a través del colosal espejo frente  a ellos. Quiso disculparse pero al hacerlo, sabía que le iban a recriminar de manera aún más feroz de lo que ya estaban haciendo.

Una risa un tanto escandalosa y con un tinte de molestia se dejó escuchar alrededor de la sala.

"Definitivamente está molesto... Hyung definitivamente está muy molesto" concluyó su cerebro, pero no iba a ser reprendido, su hyung no era de esos.

- Si te sientes mal, simplemente dilo pero por favor,esto se empieza a poner tedioso, no te obligues si estas indispuesto- A pesar que la voz de Jackson no iba cargada con molestia, logró hacerlo sentir culpable cuando se volvió a verlo con brazos cruzados y el ceño fruncido.

-Lo siento hyung- Dejó que su mirada cayera al suelo, en cuanto vio a los demás asentir ante la petición realizada.

-Vuelve a casa, de igual manera aún tenemos tres días para finalizar- La tranquila voz de Mark le hizo sentirse un poco más tranquilo. No estaban realmente molestos, solo un poco cansados.

-Yo, yo, yo, yo- Daba pequeños brincos, mientras mantenía su mano derecha alzada al cielo como una alabanza -También quiero volver a casa- Yugyeom no pudo contener la diminuta sonrisa que asomó por sobre sus labios, sabía a quien contarle la causa de su repentino malestar.

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El camino a casa fue silencioso más no incomodo, los hyungs habían decidido no retornar aún a casa, debían adelantar a Youngjae con los movimientos del baile...

-Ahhh Youngjae pequeño agujero negro- Comentó BamBam, logrando llenar la van con risas.

-Por lo menos sé que no soy el único que "arruinó" la práctica de hoy- Respondió haciendo énfasis en las comillas con sus dedos.

-¿Qué sucedió? Sueles ser el primero en aprender las coreografías y en molestar Youngjae por ello- Yugyeom se volteo viendo a su amigo a la cara, estaba preocupado, podía verlo en sus enormes ojos.

-Cuando lleguemos, te contaré todo, no me siento cómodo hablando aquí- Volvió a ver la ventana que se acomodaba a su lado derecho, el asfalto y los árboles pasaban rápidamente delante de sus ojos, del otro lado del asiento unos ojos aún más preocupados intentaban escrutar a través del menor.

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Ambos jóvenes se encontraban sentados en la cama de BamBam la cual  daba contra la pared, frente a la puerta.