Capitulo 8

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Salimos de mi casa y comenzamos a caminar sin un rumbo fijo, nadie hablaba de nosotros pero era un silencio agradable.
-Tengo una idea-dijo Norman rompiendo el silencio, Luna y yo lo miramos -Hay un lugar cerca de aquí y estoy seguro de que te va a gustar... Iremos, solo no hagas preguntas ¿Si?-dijo el sonriendo y Luna sonrió de igual manera sabiendo a donde vamos a ir.
-Esta bien-les conteste, confió en ellos.
Aunque no estoy muy segura a donde iremos.
Llegamos a una casa (supongo que es la de ellos), Norman nos dijo que esperáramos afuera un momento, lo hicimos al parecer no teníamos otra opción.
-Tranquila te llevaremos a un lugar que te va a gustar mucho-dijo Luna notando mis nervios.
-Gracias... No tienen por que hacerlo-dije sincera
-¡Hey!-dijo Norman regresando con unas llaves en la mano.
-¿Qué pasa?-Dijimos Luna y yo al unísono.
-A partir de aquí iremos en el auto.
Nosotras sólo movimos la cabeza en señal de un si.
Nos subimos al auto, Norman iba en el asiento del piloto, Luna en el asiento del copiloto y yo en los asientos de la parte trasera.
Supongo que han pasado unos 45 minutos desde que salimos de casa de Luna, en este tiempo nadie a hablado, solo tenemos la radio que es la única que produce sonido alguno y claro los sonidos de la carretera.
Luna y yo vamos mirando por la ventana, Norman no aparta la vista del camino en ningún momento (eso me hace estar más tranquila), es un día soleado, no como los días anteriores de frío, hoy está fresco y es agradable él clima.
-Hemos llegado-dijo norman estacionando el auto.
Este lugar es hermoso, es un bosque, el olor a pino inundaba mis fosas nasales, las aves cantando, los diferentes tonos de verde, la inmensa paz que siente en este lugar, simplemente es perfecto.
-¿Te gusta?-me preguntó Luna
-Si, es muy hermoso-le respondí y Norman sonrió al escuchar mi respuesta.
-Vamos, queremos mostrarte algo-dijo Luna agarrando mi mano y adentrándonos en lo profundo del bosque.
-¿Puedo?-me dijo Norman señalando que si podía taparme los ojos con sus manos, yo asentí en forma de respuesta.
El colocó sus manos en mis ojos delicadamente como si fuera algo de gran valor, como si creyera que al no colocar bien sus manos me fuera a romper.
Caminamos por un rato, ellos me guiaron y me advirtieron sobre algunas rocas que podrían provocarme una caída.
-¿Lista?-me preguntó Luna, moví la cabeza en señal de un si, entonces Norman quito sus manos de mis ojos cuidadosamente.
Es tan hermoso lo que ahora mismo estoy viendo, es un pequeño prado lleno de flores de colores, también  un lago, el agua era completamente cristalina, tan clara, tan limpia, simplemente es hermoso lo que la naturaleza nos regala.
-Wow-solo pude articular esas palabras, estaba maravillada con lo que estaba viendo.
-Hay que entrar a nadar-dijo Luna entrando al agua, después se giró a mirarnos-¿qué no piensan entrar?-dijo gritando ya que estábamos a una distancia considerable.
-Vamos Jenn hay que entrar-me dijo Norman tendiéndome una mano para que la agarrara.
-Lo siento... Entra tú y diviértete-le conteste con una sonrisa tímida.
-No quería hacer esto pero no hay otra opción-dijo en un tono divertido, después sin previo aviso me cargo como princesa y se dirigía al agua.
-Norman bájame por favor-le decía pero el solo me ignoraba.
Le seguí suplicando que me bajara pero no obtenía respuesta alguna de su parte, sentía como el agua hacia contacto con mi cuerpo, solté un pequeño grito ya que el agua está helada.
Norman dibujo una sonrisa victoriosa en su rostro.
Estuvimos un rato en el lago, comenzaba a oscurecer.
Salimos del lago y Luna me pasó una toalla para que me secara (no tengo ni la menor idea de dónde la sacó), todos nos secamos y nos dirigimos al auto para dar marcha hacia nuestro hogar.
Llegamos a mi casa, los invite a pasar pero ninguno quizo, así que les di las gracias por ese día tan maravilloso, baje del auto y me dirigí a la puerta para abrirla.
-Espera...-dijo Norman a mis espaldas cuando estaba a punto de entrar a mi casa.
-¿Qué pasa?-me giré para verlo.
-Solo quería decirte... Buenas noches-dijo algo nervioso.
-Gracias, igual buenas noches-le dije con una sonrisa.
-Sabes... Deberías sonreír así siempre... Te vez muy linda.
-Gracias...-dije levemente sonrojada ante tal comentario.
-Bueno... Descansa-me dijo por último y me dio un beso en la mejilla cerca de los labios y se fue.
Entre a mi casa con una sonrisa enorme en mi rostro, subí a mi habitación, me puse la pijama y me recosté en la cama sonriendo como nunca antes, pensando el día que había tenido y así fue hasta que me quede dormida pensando solo una cosa "me he enamorado".

Mi nota de suicidioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora