Jin

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Ella siempre estaba para mi, para cuidarme y mimarme. Los dos teníamos trabajos muy complicados que nos absorbían toda nuestra energía, pero siempre que llegaba a casa estaba todo recogido y un plato caliente de comida en la mesa. No sabía como lo hacía, pero nunca se quejaba. Por eso hoy quería que ella fuera la que se relajara, quería prepararle una noche de Navidad que se mereciera, quería mimarla yo.

Salí antes de la empresa, habíamos quedado todos en hacerlo para poder disfrutar con nuestras familias. Hice unas compras de las últimas cosas que necesitaba en la tienda y me fui a casa a prepararlo todo para cuando ella llegara.

Cuando entre me di cuenta de lo desordenado que podíamos llegar a dejar todo cuando teníamos prisa por las mañanas. Los restos de desayuno estaban en la mesa de la cocina, los platos sin lavar, la basura estaba a reventar, ropa tirada por el suelo del salón y la habitación, charcos en el baño,... en conclusión, un desastre.

No me lo pensé dos veces y comencé a limpiar. La cocina era lo primero, para poder preparar la que sería nuestra cena navideña. Había mirado algunas recetas durante la semana sin que ella supiera nada, y con todo el cuidado del mundo de que luego no las viera en el historial del ordenador o en los documentos que había impreso para poder seguir dichas recetas. Me había costado un poco decidirme, pero al final creí apropiado hacer una cena típica navideña, pavo asado y puré de patatas con salsa. Además había comprado una tarta coreana para la ocasión.

Me concentré en recoger y limpiar la cocina a fondo, y luego comencé a preparar la comida. Cuando estuvo el pavo en el horno seguí recogiendo el resto de la casa. No llegaba a comprender en que momento habíamos podido tirar tantas cosas entre dos personas, y como lo habíamos hecho en un periodo tan corto de tiempo.

Después de haber recogido la casa solo faltó que me vistiera para la ocasión. Sabía que ella llegaría con la ropa de trabajar, así que no pensaba ponerme algo muy arreglado tampoco porque se sentiría inferior, pero si algo que no oliera a sudor después del trabajo que me había costado tener toda la casa limpia.

Coloque la mesa, después de ponerme una camiseta limpia, unos pantalones vaqueros y un poco de perfume, y puse unas velas aromáticas de fresa que había comprado en el supermercado. También preparé unas flores en un jarrón y esparcí unos cuantos pétalos por el suelo de todo el apartamento.

Ahora que veía lo que me había costado poner todo en orden quería más a mi chica. Nunca había oído una queja salir por su boca de todo lo que trabajaba, de lo cansada que estaba del trabajo para luego tener que recoger toda la casa,... Y ahora más que nunca sabía todo lo que hacía, así que me iba a proponer a dejar mis cosas en su sitio antes de irme a la empresa, y ayudar un poco más en casa.

El sonido de la puerta me sacó de mis pensamientos y el ruido de sus tacones por el parqué al entrar en casa.

–¿Jin? –me llamó con su suave voz.

–Estoy aquí mi amor –le respondí desde el salón.

Apareció por la puerta y se tapo la boca con la mano para reprimir un suave gritito de sorpresa que salía de sus labios. Su mirada se paseaba por cada detalle, desde la limpieza de la estancia hasta lo que había preparado, para acabar posadas en mi.

–¿Has hecho tú todo esto? –me preguntó.

–Por supuesto mi amor.

–Pero, ¿por qué?

–Quería demostrarte todo mi amor y la mejor forma que se me ocurrió fue preparándote una cena de Navidad a la altura –me sonroje un poco–. Quiero que disfrutes hoy, voy a cuidarte y mimarte.

Feliz Navidad [BTS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora