Feliz Navidad [BTS]

Jimin

Hoy mi niña tenía una actuación especial de Navidad. Una actuación que había consumido su tiempo y sus fuerzas, pero que sabía que haría perfecta. Ella trabajaba dando clases de baile clásico a niñas de seis años por las tardes en una escuela de la zona, mientras que por las mañanas ella recibía sus propias clases en la misma escuela. Llevaba bailando toda la vida y lo hacía de una forma muy bella.

Me había enamorado de ella viéndola bailar y disfrutaba observando como daba clase a las más pequeñas, además de que era un aficionado a todas las obras en las que bailaba. Ella no sabía que hoy estaría ahí, viéndola desde el público en su noche más especial, y que luego pensaba pasarme por su camerino. Había hablado con una de sus amigas y me había ayudado a conseguir una entrada para la actuación, aunque como ya me conocían no habría supuesto un problema que me dejaran entrar.

Entré en el auditorio donde se haría la función de las niñas que ella enseñaba, y que luego acabaría con mi niña bailando, y me senté en la butaca que indicaba mi entrada. Desde este asiento podía verla con facilidad y si ella se fijaba bien en el público también me vería a mi.

La función no tardo en comenzar y un montón de niñas con tutú rojo con una chaqueta de papá noel aparecieron en el escenario. Se colocó cada una en su posición y cuando comenzó a sonar la música se fueron moviendo al ritmo de ella realizando el baile que les habían enseñado. Un millón de flashes de cámara empezaron a iluminar el escenario y los padres se peleaban por conseguir la mejor posición para fotografiar a su hija. Yo mientras tanto seguí disfrutando del espectáculo esperando el momento en que saliera mi preciosa novia.

Después de una media hora en la que las niñas fueron saliendo y entrando haciendo diferentes bailes, y también fueron incorporándose las niñas mayores, llegó el momento que yo tanto estaba esperando. Se cerró el telón y una voz anunció el siguiente acto, donde bailaría un solo mi niña.

Cuando el telón volvió a abrirse estaba ella sentada en el centro del escenario iluminada por un suave foco. Los padres que antes habían estado armando alboroto guardaron silencio y se sentaron en sus respectivos asientos para disfrutar de esta escena. Ella comenzó a moverse lentamente siguiendo la suave música que salía de los altavoces. Sus movimientos eran fluidos, suaves y hermosos, se notaba los años de practica que tenía.

El auditorio al completo estaba en silencio, no se oía ni una mosca y yo estaba súper orgulloso de lo que había logrado mi chica. Cuando acabó todo el mundo, yo incluido, se puso en pie a aplaudir y vitorear por el bonito espectáculo.

El telón volvió a cerrarse y sabía que saldrían todas las niñas para saludar a sus padres, y que tenía ese momento para desaparecer de entre el público y colarme entre bastidores para ver a mi chica. Los chicos de seguridad me conocían, además de que su amiga les había comentado que aparecería por allí, por lo que pasé sin problemas. Busqué su camerino, que tenía su nombre colgado en la puerta y entré.

El camerino no era muy grande, lo suficiente para tener su ropa colgada en un perchero móvil y un tocador con luces incorporadas al espejo, además de un sofá en el otro extremo para estar cómodo. Vamos que casi era igual que los que usábamos nosotros mientras esperábamos a salir a actuar.

Me acomodé en el sofá a esperar a que ella llegara porque sabía que tardaría un rato en despedirse de las niñas y sus padres, y luego recibir las felicitaciones de los demás miembros de la escuela. Después de una eternidad, o eso me pareció a mi, la puerta de su camerino se abrió y apareció con un ramo de flores en las manos. Su mirada de sorpresa se posó en mi y soltando el ramo encima del tocador, y cerrando la puerta de un portazo, vino corriendo hacía mi y se me tiró encima. La rodeé con mis brazos y recibí el beso que me dio con ganas.