Siete

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—Joven Akashi, usted suele entrar mucho a la habitación de su madre ¿No?—preguntó Harumi-san.

El pelirrojo observó a la mujer y asintió—No creo que eso esté mal.

La mujer soltó una risilla gastada, cosa que confundió a Seijuurou—Oh, joven, no lo decía por eso—Las manos, arrugas y débiles, se pasaron por las telas blancas que llevaba—Me alegra que haya entrado a la habitación de su madre. Desde los diez años que no lo hacía.

—Dejé de hacerlo por cuatro años, pero ahora ya no—contestó el pelirrojo—No hay razón para evitar el pasado.

La señora suspiró con nostalgia. Akashi Seijuurou había crecido tan rápido que nisiquiera ella podía creer que este a pasos de ir a la universidad. Lo había visto crecer y por lo tanto lo conocía mejor de lo que Seijuurou creía.

—Sé que usted es responsable—habló Harumi-san con delicadeza—Procure ser así con las cosas de su madre.

Sin más la anciana mujer se inclinó y dando unos pasos lentos se alejó de Seijuurou.

Akashi sonrió para su adentro luego de unos segundos. Cada vez que él sospechaba de algo se confirmaba y esa no era la excepción.


Little doll |AkaFuri|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora