Savior [L.T]

6.

Punto de vista de Holly.

Contuve la respiración unos segundos y Zayn soltó la pistola para poder acercarse a mi con total libertad.

-¿Estás bien?-Dijo preocupado mirando mi brazo.

-Sí, sí.-Dije asintiendo e intentando levantarme.

Zayn me ayudó a ponerme de pie y salimos de mi edificio por el garaje para que nadie nos viera.

-Voy a llevarte al hospital, esa herida no tiene buena pinta.-Me informó cuando entramos en su coche.

-No seas maricón y llévame a la fábrica.

-Y una mierda.-Respondió sin mirarme y comenzó a conducir.

-¡Joder Zayn haz por una maldita vez en tu vida lo que te mandan!- y lo único que recibí de su parte fue una mirada asesina para que después volviera su vista a la carretera sin hacerme ni puñetero caso.-Zoquete.-susurré.

No tardamos mucho en llegar al dichoso hospital, había corrido bastante, seguro que le llegaría alguna multa a casa, que se joda.
Según entramos por la puerta una enfermera al ver mi brazo ensangrentado se volvió loca buscando ayuda y agobiandome con subir a una camilla y intubarme unas inyecciones para el dolor.

Menudas gilipolleces, estaba perfectamente, había aprendido a cuidarme sola y solucionar cosas como esta.

Me llevaron rápidamente a una sala restringida, un quirófano, venga, fiesta de sangre.

(...)

Y seguía aquí tumbada, en una cama de hospital. Me han sacado sangre y echo radiografías, por lo visto no solo tengo que quedarme una noche, sino varias, ya que también tengo varios hematomas y algunos de ellos parecen ser graves.

Estaba sola en una de esas blancas habitaciones de hospital, me aburría como la mierda, hasta que una enfermera entró en la habitación para decirme que en unos minutos subirían a alguien, otro enfermo, que sería mi compañero de habitación. En último recurso por lo menos tendría a alguien con quien hablar, espero que no sea uno de esos viejos chochos que no dan ni pronunciado una palabra.

—Señorita aquí traemos a su compañero.— entró la misma enfermera de antes empujando una camilla que traía a un chico, bastante joven por cierto.—Le informo que le han extraído la bala del brazo en el quirófano.

Cuando la mujer se había ido lentamente me levanté de mi camilla aunque sabía que no podía y me acerqué hacía el otro lado de la habitación a observar al nuevo chico, que por lo visto estaba sedado, porque desde que lo habían traído no se había movido ni hablado.

—Eh chaval.— le meci despacio. Su cara me sonaba muchísimo, desde luego le conocía pero ¿De qué?

Unos instantes después abrió los ojos, y enseguida supe quien era, esos ojos no se iban a ir fácilmente de mi memoria.

—Anda, mira a quien tenemos aquí ¿Que has echo para acabar en el hospital?— pregunté curiosa. Al principio me miró perdido, pero enseguida me reconoció también.—¿Y bien, qué haces aquí?

—Me he roto una pierna haciendo skate. ¿Tu? No me digas que te raspaste la rodilla y te sangro y viniste al hospital toda preocupada.— habló en tono de burla.

— Casi, me pegaron un tiro.— sus ojos se abrieron expectantes, desde luego no se esperaba eso, pero rápidamente recuperó la compostura.

—Valla, chica dura. Me gusta.— una sonrisa salio de sus labios.

—Pues espero que no te guste mucho.— habló una tercera voz.— Y tu deberías estar en la camilla, no hablando con ese gilipollas.— obviamente el dueño de esa voz era Harry.