Mentiras oscuras ( Reedicion)

Capítulo 5: Oscuro.

Capítulo 5: Oscuro.
Hice lo que haría una persona perfectamente serena.
Le empujé y salí corriendo de la habitación. Sé que suena un poco infantil, pero es que nadie en mi vida me había besado. Había esperado siempre que el primer beso me lo daría alguien especial (como Michael) no un vampiro idiota
Nota mental: no te acerques a los vampiros, son unos pervertidos.
Como Michael no vendría hasta mañana, pensé en visitar a Amanda o Amma (el mote que le puse yo en 3 curso). Pero como estaba en el pasillo de los chicos, tenía que subir a la otra planta, ya que los dormitorios de los chicos y las chicas estaban separados. Esperaba que no me pillara algún profesor.
Así que como si fuera una espía, fui caminando lentamente ocultándome en la oscuridad para llegar a las escaleras. Cuando llegue a la esquina me oculte detrás de una columna al escuchar la voz de un maestro. Agudicé el oído. Estaba hablando con alguien. Me intenté asomar para ver quién era, pero no podía ver casi nada solo la luz de sus linternas.
Intenté escuchar lo que decían:
-... Si me lo dijo él. ¿Qué crees que debemos hacer, aumentar la seguridad?
-No- dijo una voz masculina que me resultaba familiar. -Primero debemos descubrir quien fue. Aunque no es tan fácil como esperaba, use un hechizo de búsqueda en las cartas y las flores y me llevaban al bosque. Pero a la mitad del camino paraban, debe de ser alguien muy poderoso.
- ¿Crees que fue...?
No pude escuchar nada más porque alguien me agarro por detrás y me empujo contra la pared. Casi pego un grito del susto, pero la persona que me había empujado me tapó la boca.
Mientras me intentaba soltar, intente ver quien era, pero con la oscuridad no se veía nada.
Entonces me tiro al suelo y un dolor me recorrió la espalda. Lágrimas salieron de mis ojos. ¿Cómo no han escuchado los maestros el golpe? Y entonces me di cuenta. Habían usado un hechizo de insonorización en mí. Nadie podía escuchar nada que dijera.
Mierda.
-Suéltame - le dije o más bien le intente decir, porque ningún sonido salió de mi boca. Entonces sentí un golpe en mi cabeza, y mientras veía sangre descender de mi cabeza me desmayé.