En el 2014 tuve el placer de experimentar el repetir de año. Y fue de lo más desagradable. Bueno, sí, tuve días increíbles y conocí gente que no pienso reemplazar por nada en el mundo, pero aún así es horrible volver a cursar todo un año otra vez.
Así que 2do año por segunda vez, acá vamos:
Tenía una amiga en el curso llamada Tania, era una de las pocas personas con las que hablaba. Y ese año conocimos a Daniel: un chico increíble, con una personalidad divina, un perfume exquisito y, además, hincha de San Lorenzo.
A los pocos días de hablar e interactuar con él, Tania me confesó que le gustaba. Y a mi me pareció muy lindo y tierno de su parte. Aunque por alguna razón, que luego vincularía con los celos, me molestó.
Luego de esa charla todo siguió bien, de lo más normal.
Unas semanas después sería el cumpleaños de Tania y lo iba a festejar en la casa de su hermana, con las amigas, y un par de amigos. Daniel y yo incluídos.Hacía frío y estábamos todas de short, pollera y musculosa.. recuerdo que ese día jugaba San Lorenzo de local contra Lanús y a Daniel le tocó ir de alcanza-pelotas, por lo que llegó a la fiesta con el conjunto puesto. Me preguntaba todo el tiempo s8 tenía frío y yo le decía que no, no porque no lo sintiera, sino porque no iba a admitir que me estaba congelando.
Comimos, tomamos, bailamos.. Y de repente yo tenía puesta su camiseta y él se besaba con Karen, una amiga de Tania. En ese momento no lo sabía, pero me enteraría al día siguiente.
Sus padres le habían dicho a Daniel que volviera a la 1am y él, como todo hijo responsable, volvió a las 5am.Nosotras a las 11:30 nos estábamos despertando y yo le mandaba un mensaje por Facebook a Daniel quejándome de que no se había despedido de nadie, y me pidió que me disculpara y me despidiera de todos por él. Obviamente no lo hice.
No sé bien si fue ese día o el siguiente, pero le pedí su número de teléfono y me lo pasó.
Y fue así, en ese momento, como su juego comenzó.-ClauPasita
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Amor Sin Escape.
Lãng mạnOdiaba la idea de volver a tenerte en mi vida (...) Pero, ¿sabes que odiaba más? Odiaba saber que todavía tenías toda esa influencia sobre mi. Odiaba pensar que, pese a todo, igual te daría el control total de mi vida. Porque, siendo todavía más sin...