Amor Sin Escape.

Capítulo 12: "¿Me Compré un Jean Para Esto?

Había pasado una semana y todavía no le entregaba las cartas.. y dudaba en dárselas.

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El miércoles 08 de Julio fue feriado puente por el día de la Independencia. Y él me invitó a la cancha, para verlo jugar: San Lorenzo - Chicago, que se jugaba en la cancha de San Lorenzo, la cual me queda a un par de cuadras.
Estuve toda la noche planeando cómo y con quién ir.

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La mañana del 09 me levanté, fui a comprarme un jean con mi hermana. Me lo compré, fui corriendo a mi casa a cambiarme, me cambie y me fui corriendo, otra vez, a la cancha porque estaba llegando súper tarde.
Cuando llegué, fui directo a la cancha Nro 2 dónde se encontraban jugando la 8va de San Lorenzo contra la de Chicago, y yo no lo veía a él en la cancha, así que me puse a buscarlo en los asientos y ahí estaba él, sentado, con el conjunto y la campera de Chicago puesta. Y había dos opciones: o se había lesionado o iba a entrar en cualquier momento.
Después de un rato aparecieron unos chicos cerca nuestro, y les pregunté si el chico que estaba sentado era porque estaba lesionado o si iba a entrar en algún momento y me dijeron que ya había jugado, y lo lesionaron.
No pueden imaginarse lo mal que me sentí conmigo misma por no haber llegado temprano y por no haberlo visto jugar.

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Cuando terminó el partido, pensé que él iba a venir a hablarme, pero el Director Técnico los reunió y habló con ellos.
Luego de un tiempo, los chicos se levantaron y se dirigían hacía el vestuario, o eso suponía yo, y Daniel iba con ellos, rengueando.

Yo esperaba que él apareciera y me saludara, pero en cambio me pasó por atrás y ni me miró.

Me quedé un par de minutos esperando a que, milagrosamente, se le ocurriera aparecer, pero eso no pasó. Y un rato después, me llamó mi mamá súper enojada preguntando dónde estaba y diciendo que tenía que volver urgente a mi casa.
Así que le mandé un mensaje a Daniel que decía: "Me tengo que ir, mi mamá me llamó, disculpa."
"No importa" -contestó.- "Yo ya me fui", me sentí tan estúpida y tan enojada. O sea, me compre un pantalón divino, ¿para que me pase por atrás y ni me mire? ¡Dios, lo odiaba!
¿Lo mas gracioso? Que termine yo pidiéndole perdón. Y siempre era yo la que lo hacía.

-ClauPasita