17.- "Apuesta"

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15 de abril de 2031

- ¿Este? - Pregunta Maia y yo niego, de nuevo.- ¡Es el vigésimo vestido que rechazas!

Me levanto de la cama y entro a mi armario, miro muchos vestidos y ninguno me complace, quiero algo formal pero casual, ¿Es mucho pedir?

- ¿Sabes? Nada de vestidos.- Dice Mackenzie opinando por primera vez en la mañana.

- ¿Por qué? ¡Es una cita! - Le dice Maia.

- Exacto y es con mi hermano.- Le guiña un ojo y se gira hacia mi.- Lo conozco lo suficiente para saber que te llevara en la moto, créeme, no querrás subirte a la moto en vestido.

- Tiene razón.- Murmuro dándole la r

- Además.- Comienza.- No lleves nada muy formal, dudo demasiado que te lleve a uno de esos restaurantes elegantes.

- Es una cita, ¿A dónde más la podría llevar? - Pregunta la castaña con el ceño fruncido.

- No sé, pero no es a ningún lugar elegante. - Le responde Mackenzie rodando los ojos.

Comienzo a sacar ropa hasta encontrar algo con lo que estoy cómoda, un pantalón pegado de mezclilla, una camisa blanca con una mascada en tono naranjas, unos zapatos de piso naranjas y un bolso negro.

- ¿Esto? - Les muestro a las chicas y asienten.

- Casual y lindo.- Dice Maia aplaudiendo. - Ahora, maquillaje.

Las dejo que me maquillen a su gusto y media hora después estoy lista.

- Te vez hermosa.- Dicen al unísono y yo solo suelto una risita nerviosa.

- Gracias, a ambas.

Nos damos un leve abrazo y escuchamos un claxon, seguido de mi celular sonando por un texto.

>>Ya estoy aquí<<

Bajamos las escaleras y me despido de las chicas para después acercarme al chico, que efectivamente, ha venido en su moto.

- Te ves hermosa.- Murmura besando mi mejilla.

Le sonrió por un segundo y lo miro de arriba abajo descaradamente. Viste un pantalón negro pegado, una camisola gris ceñida y su cabello alborotado, se ve... no encuentro el adjetivo correcto para describirlo.

- Tú no luces mal.- Le sonrió.

- Vamos.- Murmura.

Tiende una mano para ayudarme a subir a su moto y después se sube frente a mí.

- Sujétate de mí cintura o caerás.

- O mejor hago esto.

Me tomo de la parte baja del asiento y la suelta una risilla para asentir y acelerar. Después de unos minutos, me suelto y con cuidado rodeo su cintura con mis brazos, siento como se tensa unos segundos para luego relajarse, lo que provoco una sonrisa en mí.

Cierro mis ojos y aspiro la dulce colonia que Collin está usando. No tengo ninguna adicción, pero a partir de este momento soy adicta a la loción de este chico. Me dejo llevar por el aire que hace mi cabello volar y cuando menos me doy cuenta, la moto se detiene.

- Llegamos, princesa.

Bajo con cuidado y le sonrió al chico, después giro y miro el cartel de donde estamos.

- ¿Un parque acuático? - Pregunto frunciendo el ceño.

- Si, ¿No te gusta? - Hace un pequeño puchero que me derrite así que solo niego.

¡Estupida! #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora