PROFECÍA

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Del amor equivocado te enamorarás y de sus garras no podrás escapar.

El amor verdadero lo encontrarás y de él no te enamorarás. Bajo el hechizo estarás y en sus brazos morirás.

Una única palabra puede cambiar el rumbo de tu vida, si quieres el bien o mal, en ti quedará. Pero...él te destruirá antes de decir "DESEO".

Perspectiva de Liam.

Más contento no podía estar. Salí del trabajo apresurado arreglando mis rulos complicados de la cabeza, me puse mi colgante negro en el cuello y mi camisa a cuadros rojos con un polo blanco dentro, más un pantalón negro y mis alpargatas beige.

Miraba el reloj a cada segundo para llegar puntual. Tomé un taxi apresurado con una rosa pequeña que llevaba en la mano. Apresuraba a cada instante al señor para que se apurara, Nina, casi siempre era puntual, pero no me importaba esperarla media hora con tal de oír su voz y esa risa que me contagia cuando empezaba a reír.

Liam sonríe mientras imagina la sonrisa de Nina. Envía un mensaje para avisarle que ya está llegando. Cinco minutos después ya está bajando del taxi y cogiendo su mesa favorito en los exteriores de la cafetería. Aquella noche le contará los problemas que tenía económicamente y lo más importante... que por fin le gustaba alguien, y ese alguien era ella.

-Hoy es mi noche, será una gran noche- dijo Liam sentado en las mesas negras de la cafetería, mientras pedía un café caliente para empezar a esperar a su mejor amiga.

Liam se arriesgaría por ella, tenía temores por dentro, sus ojos verdes lo iban a delatar en cualquier momento, porque hasta un niño podía darse cuenta que esos ojos la miraban como lo más hermoso en el mundo. Le diría con calma y sujetando sus manos, mientras temblaría en su voz al decirle que le gustaba cada parte de ella, su risa, sus ojos caramelos, sus cabellos en el viento, su forma de ser, sus berrinches y sus encantos. Le encantaba todo de ella, hasta sus pecados.

Ya iba diez minutos. Pensó en llamarla, pero sonaría muy impaciente. Ella prometió venir, jamás lo había fallado, ninguno, y hoy no sería la excepción.

Perspectiva de Loan.

Ojos caramelos con mis ojos azules viéndose con atracción. Sale ella y la noche empieza a radiar, le dije que se veía muy linda, ella me sonrío dulcemente, así que me atreví a también sonreír para ella. Fue nuestra primera sonrisa después de habernos conocido. Sonreía con ternura, como una niña asustada y a la vez alegre. Salimos de su jardín para cruzar hasta mi casa con miles de voces saludándome.

- ¡Hey Loan! Buena fiesta- grita mi amigo que me ayudó a conseguir la escalera.

Sonrío para mostrarse amigable.

Entramos con una gran algarabía de gente, ponche de un lado a otro, cajas de cervezas en el piso, mucho humo. Ella se arregló los cabellos marrones, mirando a la gente con rareza, ellos igual.

-¿Quieres ponche?- le pregunto tranquilamente.

- Sí, por favor- dice tosiendo por tanto humo al rededor.

- Volveré pronto- digo acariciando una mejilla, sin nervios.

Huelo sus nervios que brotan fácilmente de su piel, la miro y ella mira al suelo escondiendo sus mejillas rojas de mí. Y desaparezco.

Perspectiva de Nina.

No sé que hacía en mitad de una fiesta, todo están bailando y bebiendo a más no poder. No es lo mío, claro que no lo es. Por eso Maite dice que soy aburrida, pero este humo quedará impregnado en mis cabellos y mi ropa, y odio fumar. Loan me acarició mi mejilla, y no sé que me pasó, automáticamente bajé la mirada y él sacó su mano. Creo que se me quedó viendo, hasta luego irse por mi ponche.

Debería ser más suelta, más loca. Si me sigo comportando así, nunca le gustaré. ¿O ya le gusto como soy? Tengo que saber por qué me invito.

Fabiola ingresa sonriente a la casa y yo le aviso donde me encuentro, se acerca con un vaso de alcohol en la mano que acaba de quitar a un joven.

- No recordaba que era tomar- dice bebiendo un poco más- ¡Wu!

- Jaja, estoy un poco aburrida. Estoy esperando a Loan con mi ponche.

- Ay prima, recién hemos llegado, espera un momento y bailemos.

Bailé con mi prima por varios minutos largos, ella movía el cuerpo como una licuadora, a penas podíamos hablar por la bulla. Me solté un poco y moví mi cintura sensualmente.

- ¿Me muevo bien?- digo a Fabiola y continúo agitando mi cuerpo.

- Te mueves excelente- llega Loan con mi ponche. Se coloca detrás de mi cuerpo y paro enseguida mis movimientos. Fabiola se ríe, sé que estoy pálida y que soy una chica estúpida.

- Los dejo- me guiñe un ojo y yo le suplico con la mirada que no se vaya.

-¿Quieres que me quede así detrás tuyo o voltearás a mirarme?- me dice Loan, lo llego a escuchar perfectamente porque está tan, tan cerca de mi cuerpo y mi piel siente su respiración, pasando por debajo de mi ropa.

Giro a verlo a los ojos. Otra vez idiotizada, por favor Nina, contrólate, digo entre mi misma.

- Contrólate, no hay por qué temerme- dice respondiendo a mis pensamientos. ¿Loan nuevamente adivinando lo que pienso? Estoy está muy raro.

Bebo el ponche y me atoro por el fuerte sabor, mucho alcohol contenía. Nos reímos en ese instante.

- Jajaja, lo mio no son las fiestas.

- Ya veo, a la próxima será algo mejor- me responde.

Tomo esas palabras como una futura cita. Cita... ¿Liam? Mi sonrisa desaparece de la nada.

- ¿Ves a mi prima por ahí?- digo alzando mi vista para buscarla entre la multitud, únicamente capto chicos besándose con desesperación, otros bebiendo a más no poder y gente vomitando en un lado. 

- La vi irse por más ponche, pero nada más. Tiene garganta profunda- dice riéndose, no sonreí, porque me preocupaba saber cómo reaccionó Liam.

- ¿Preocupada?- pregunta con los ojos fijos en mí.

Ciertamente me estoy preocupando por las coincidencias de lo que él dice y yo pienso.

- ¿Lees mentes o qué?- digo de repente. Loan se ríe a más no poder, cómo si me viera con imagen de niña tonta.

- Algo así- vuelve a reírse- Cualquiera se da cuenta que estás preocupada.

Creo lo que me dice y bueno, ¿nadie puede leer mentes? A caso Loan es de otro mundo...

- Iré a buscarla- digo intranquila por Fabiola, el asienta con la cabeza. 

Doy media vuelta y su amigo de hace unos minutos que lo saludó en la entrada me mancha de cerveza en mi ropa. No digo nada, atino a no mirarlo y solo le digo a Loan que de paso iré al baño.

Loan me dice que también la buscara y que me bajará una remera de él. Le agradezco y salgo dejando al moreno chico con Loan.





L & N: MITADES PERFECTAS #Wattys2016Donde viven las historias. Descúbrelo ahora