La verdad del libro

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El frío de la noche recorre el cuerpo de Liam y Nina. Se miran directamente a los ojos, sin perder la mirada.

 Liam permanecía sorprendido al ver a Nina salir de la casa de Loan con una expresión de tristeza en él. Ahora entendía el por qué ella no había ido a la cafetería, era porque había estado toda es anoche con Loan en una fiesta que él hizo y ni siquiera le avisó. Con el frío la esperó por dos horas, hasta que decidió venir a verla, porque quizás algo malo le habría pasado, siempre preocupado por el estado de ella. Y Nina únicamente no sabía que decir, sus piernas querían irse corriendo a sus brazos de Liam donde se sentía segura, pero estaba clavada estupefacta por la mirada de él.

Seguro que me está odiando pensaba Nina con dolor por haber venido aquí y no estar con su mejor amigo. 

- Liam, yo...- dijo después de unos largos minutos de silencio. Él hace un gesto de haber entendido todo.

Y de su mano cae la rosa roja que le compró para decirle lo que sentía. 

- Me equivoqué contigo Nina- dice Liam con un tono amargo y la boca semi- abierta.

Nina no responde nada y solo consigue llorar. Liam baja la mirada para analizar bien lo que diría y lo único en lo que pensaba era en decirle: "Me gustas tanto". Pensó dos veces, recordando como estaba solo en la cafetería bebiendo café tras café, buscándola con la mirada por si llegaba y cada chica que se parecía a ella al entrar, él siempre le sonreía equivocadamente.

- No lo vale- y de su mano cae la rosa roja al suelo, mientras camina unos pasos para llegar a su auto rojo.

Nina cruza la casa corriendo hasta él, suplicando que se quede para poder explicarle. Se coge los cabellos de desesperación, Liam permaneció frío y duro. Se aguantó las ganas de reventar y llorar ante ella.

- Liam, por favor, quédate- suplica ella cuando él enciende el motor y arranca sin más.

No sé que me dolía más, ver que salía de la casa de Loan y no haya ido a nuestro encuentro o que mi corazón me diga que regrese por ella, y la abrace tan fuerte para calmar sus lágrimas y decirle que todo está bien. Esta vez, yo necesito eso, necesito mi tiempo, no quiero decir nada que me pueda arrepentir, nada en lo que pueda dañarme más. Más que esta noche. Manejo con gotas de agua cayendo de mis ojos y golpeo el timón. Desearía no quererla, desearía no sentir nada y ser sólo amigos como antes, como siempre, pero es imposible con lo hermosa que es. No es su físico, es su forma de ser conmigo, en la manera en la que yo puedo ser totalmente libre, sin sentirme acusado. Ella es mi hogar.

Se marchó, por dios soy una estúpida. Ingreso arrastrando los pies en casa con gritos de mis padres de por medio que estaba sonámbulos, oigo escuchar que estoy castigada por una semana y que no tendré visitas. Sigo mi camino hasta mi cuarto, deseándoles unas buenas noches para ambos.

Mis ojos parecen inyectados de lo rojo que están, me siento en el filo de la cama mirando a la nada. Simplemente no estoy pensando, solo miro a nada. Y allí está mi celular encima de mi cama, veo mis mensajes, tenía miles de llamadas de Liam y mensajes preguntando si estaba llegando o qué me pasaba. Y el último que vendría a verme para asegurarse que estaba bien.

Mensaje.

Estoy preocupado por ti. Así que no me importa ir hasta tu casa con solo ver que nada malo te ha pasado, espérame. Llegaré volando, te quiero.

Mi mejor amigo es el mejor sin duda alguna, y demasiado amoroso conmigo. De verdad, que fui una tonta en dejarlo plantado y no haberlo llamado personalmente, ¡Qué pasaba por mi mente! Sabía la respuesta, pero no iba a responderla. Te odio Loan, juro que te odio. Jugabas a ser el galán, el Don Juan, y únicamente querías dañarme, y yo acabé dañando a mi mejor amigo, al que nunca me dejó sola. Nunca antes lo había visto tan duro conmigo, siempre Liam era tierno, y la había cagado hasta el fondo.

Un momento.

Mis pensamientos se van a mis escritos. Todo estaba encajando de una manera extraña. Había alguna explicación ha esta idea loca que pasaba por mi mente. Saqué de mi baúl mi libro y lo cogí.

Busqué entre las primeras páginas. Describí a un chico llamado Loan con las mismas características de mi vecino. La misma personalidad divertido, "Don Juan", aventurero y con un poder...

¿Será cierto lo que me dijo mi tía Luz? Será que si digo <DESEO> todo se vuelve realidad.

- ¡Oh Dios! Traje a mi personaje favorito a la realidad- tapé mi boca por lo que decía y en ese instante me desmayé en mi cama, viendo siluetas  que me miraban a lo lejos hasta perder la razón.

-Loan...- dije al ver en una de esas siluetas a el.



L & N: MITADES PERFECTAS #Wattys2016Donde viven las historias. Descúbrelo ahora