Prólogo: Poesía barata

42 3 1
                                    


Desde hace seis meses que estoy así, ¿así cómo?, se preguntarán. Deprimido, pues siendo sincero, es mera culpa de el divorcio con Elizabeth y yo; son dos meses sin ver a Patrick ¡lo extraño un montón!

¿Por qué ella tenía que quedarse al pequeño?
Es una arpía sin sentimientos, cualquiera diría que me casé con una serpiente, ¡pero yo era tan ingenuo y joven cuando me enamoré!, creí que había algo en ella que me atrapó...

Tal vez.... tal vez ésos dorados ojos llenos de perversidad y travesuras, que te llevaban al final del camino sólo para empujarme al abismo. ¡Ésos dorados ojos llenos de rebeldía!

Un vago recuerdo me invade y son...las sábanas...ése perfume caro de niña de papi estampado en las sábanas; pero ésta niña no era así... Ella quería que la amara salvajemente, que la castigara por amar.

Pero sólo pasaba cuando éramos jóvenes, cuando teníamos el mundo a nuestros pies, cuando podíamos vivir rápido y nadie decía nada, ¡qué gloriosos aquellos tiempos!

Los recuerdos aún me invaden sin miedo a lastimarme, pero con sólo recordar su perfume un puñetazo abstracto me encara casi dejándome inconsciente. Edades separadas pero listos para fallar, para caer al suelo sin control, para levantarse el uno con el otro dispuestos a todo, ¡ah!, ya sólo soy poesía barata.
Me siento poesía barata.

Ésto me está consumiendo velozmente, no tengo inspiración ya... por lo cuál éstos seis meses he pasado de cama en cama como algún buen amante de una sola noche; para reconciliarme con mi dolor, porque ahora el amor se me muestra como un pequeño tiempo de conexión con otras almas.

Sólo espero que éstas solemnes bolutas de humo me envuelvan a ahogar, menos que amar.

Espero que éste cigarrillo sea mi amante distante en la oscuridad del desamor.

Espero no encontrar esas redes de las cuales quise yo.

—IrWalker, más bien, Sebastián.




Musa MusaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora