El séptimo trago... ya no puedo decir que es igual al primero, pero si que sigue cargado de rencor.
¿Sabes por qué va este?
Por nuestras noches, por todas aquellas donde el sexo nos elevaba a otra realidad y nos envolvía en una tormenta mágica de placer y erotismo.
Y sí, lo hacías tan bien, te movías con una soltura y sensualidad que era como si te dedicaras a aquello.
Claro que lo hacías, de otra forma tus caderas no habrían podido seguir con exactitud el juego de las mías trazando un compás de satisfacción inalcanzable.
Eras una diosa en la cama, una fiera inconforme que siempre pedía más y más. Que gritaba de placer, que me hacía sentir la plenitud del mundo.
Uñas feroces en mi piel dibujaban marcas al rojo vivo sobre mi espalda. Dolor.
Manos desesperadas apretaban mis brazos, repasaban cada músculo hasta llegar a mi abdomen y entonces gemías. Deseo.
Boca de caramelo besando cada vez más cerca de mí debilidad. Besos tibios por todos lados. Fuego.
Lengua húmeda en círculos y una succión hambrienta que acababa por hacerme explotar. Paraíso.
Y te preguntarás, ¿Cuál es el problema en esto?
Te lo diré: tu fallo estuvo en que no fui el único, y no soy egoísta, pero vos eras mía y yo tuyo. No me gusta compartir con los demás y mucho menos a la persona que amas.
Habíamos firmado un pacto de unión, y solo los estúpidos lo rompen, es por eso que aún soy tuyo, y no me importa que vos ya no seas de mi propiedad, mi alma y mi mente necesitan de tu recuerdo tanto como mis pulmones al aire para respirar, soy tan tuyo, que ya no me pertenezco ni en lo más mínimo. Por lo tanto todo lo que soy y en lo que me he convertido, es tu culpa.
Si, tuya, como todo.
ESTÁS LEYENDO
1. Veintidos Tragos
Short StoryPequeño relato lleno de poesía en cada uno de sus capítulos. Detrás del secreto de una historia de amor trágica, acompañamos a un hombre con el alma en pedazos a reflexionar sobre el gran tema de la vida: el amor, ¡Ay el amor! Primer libro de la s...