1. Veintidos Tragos

Trago 11

En este momento me acuerdo de ese dicho tan popular y repito: -"Medio vacío". Porque así es como veo el vaso. Así me veo a mí mismo, y así te veo a vos. Sólo que vos ya no existís, sos solo un recuerdo. Uno malo y bello a la vez.

¿Bipolar? Tal vez creas que lo soy, y es que lo parezco.

Pero en realidad tú lo eras, y es por eso que al hablar de ti los adjetivos malos siempre irán acompañados de los buenos y viceversa.

Me jodiste ¡Maldita seas!

Me paro del taburete y mi cuerpo se balancea un poco. Coloco un pie sobre el asiento y luego empujo mi peso hacia arriba para subirme a la barra. No sin antes agarrar mi cerveza.

-¡Hey! -me grita el dueño.

-¡Hoy, estoy aquí para brindar por una loca psicópata! -solté con el tono de voz más alto que pude sin darle importancia al tipo.

Unos cuantos viejos me miraban con la mirada desencajada y en un rincón una hermosa mujer también había captado mi atención.

-¡Quiero que este trago, vaya por todos los que hemos sido engañados!, ¡Por todas las personas que sufrimos en silencio, por todos los puñales en el corazón que tuvimos que soportar, por los días en vela, por las lágrimas derramadas sin cesar, por el abandono que nos dejó convertidos en polvo!

-¡Hoy, brindo y los invito, a brindar por los amores que no pudieron ser y nos dejaron en el olvido, bien en el fondo de su corazón! -concluí y vi como algunos de los presentes llevaban sus vasos a la boca; y el sonido de sus voces a lo lejos diciendo "salud" llegaba hasta mis odios como las últimas notas de una suave melodía que se pierde en el aire hasta morir.

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