Capítulo 19.

457 52 16
                                    

Inquieto golpeaba mis nudillos contra el pupitre. Las horas parecían ir más lento de lo normal. Seguido pensando en mi próximo encuentro con GongChan, en las palabras que probablemente le diría, pero ninguna de las posibles opciones me gustaba. ¿Qué diría cuando lo tuviera en frente? ¿Sería capaz de hablarle?
Sonó el timbre de la hora de almuerzo. Quería correr, salir lo más pronto posible, quitar de mi camino a cualquier persona que se me pusiera en frente. En vez de eso me quedé en mi lugar imaginando cómo quitaba de mi camino a cualquier persona que se me pusiera en frente.
Suspiré. Tenía que salir pronto, cada minuto era valioso cuando se trata de buscar a alguien. No me molesté en guardar  los útiles, sólo me levanté y junto a un par de compañeros que aún estaban dentro del aula me dirigí a la salida. Nunca he visto que alguien se quede dentro del aula durante el almuerzo, supongo que todos quieren olvidarse de ese horrible lugar durante el aliviador y sagrado momento que tenemos para saciar el hambre.

Buscaba cualquier rasgo que le caracterizara; su alta estatura, su nariz algo tosca, su siempre presente sonrisa, escuchar su voz tan siquiera. Nada. ¿Dónde estaba? ¿Habría salido ya? ¿Seguiría en clase o se ha quedado en casa?
Busqué en la cafetería; ahí no estaba. En el patio; ahí no estaba.
Los minutos pasaban y mientras más buscaba, mientras más fallaba, más perdía mis ánimos de querer hablar con él.
Tenía que seguir buscando. Seguir dando vueltas hasta encontrarlo.

Me acercaba a los baños. Se me ocurrió la loca idea de que quizás estuviese ahí. Me equivoqué.
Empezaba a creer que de verdad no había asistido a clases. ¿Esperar un día más para hablarle? No podría soportarlo.

—No puedo creer que la tarea no haya tenido valor alguno.

Esa voz...

—Me esforcé mucho anoche para terminarla.

¡Era él! ¡Era GongChan!
Di media vuelta y ahí estaba él, junto a un compañero suyo, o bueno, supongo que era su compañero. Sentía... algo extraño. Últimamente siento cosas raras debido a GongChan. Odié la idea de que estuviese con alguien más, que estuviese compartiendo sus quejas con alguien que no era yo. Odié la idea de pensar que después de nuestra plática pasaría su tiempo con él y no conmigo.

—Hubieras hecho lo mismo que yo.

—¿No hacerla?

—Exacto.

Cada vez estaban más cerca. Hasta el momento no parecía notarme o no parecía querer notarme. El día anterior me ignoró en la cafetería, me ignoró en la salida. Sólo una plática más. Una plática más con él y podrá ignorarme todo lo que guste.

—GongChan —dije lo suficientemente alto para no pasar desapercibido de nuevo. Su mirada se plantó sobre mí —. ¿Puedo hablar contigo? Es algo importante.

Si acaso se tratara de otra persona ni siquiera hubiera tenido la idea de querer acercarme, pero era GongChan, el chico de sonrisa confiada a la que tanto me había acostumbrado.
No me respondió de inmediato, y agradezco a su amigo que lo haya animado a que aceptara tener esa última plática. Ahora me arrepentía de haberlo odiado por unos momentos.

—Bien —la languidez de su voz demostraba el poco interés que tenía en hablar conmigo. No quería forzarlo y se lo diría, pero antes de articular palabra alguna sostuvo mi muñeca con una fuerza que no me imaginé que llegara tener —. Yo también necesito decirte algo.

La velocidad con la que me llevaba a quién sabe donde me hacía ranquear como el chico torpe que seguramente soy. El lado bueno era que, como de costumbre, me equivoqué. Sí quería hablar conmigo.
Me dolía la muñeca, pero tenía miedo de que si decía algo al respecto a mis intenciones de querer arreglar lo que nos ha hecho distanciarnos se arruinen.
Piso uno. Dos. Tres. ¿A dónde íbamos? ¿La azotea? Sólo he ido ahí un par de veces cuando recién ingresé, no es un lugar que llame mucho mi atención. Nadie pareció darle importancia a la casi desesperada forma en que caminábamos a lo más alto del edificio.
Sabía lo que quería decirle.
No sabía lo que él me diría.

E s q u i z o f r e n i a ; JinChanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora