10. Control.

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Una luz invadió la habitación de aquel frío hospital. Empezaba a molestarme en los ojos, y poco a poco los abrí.

-Buenos días cielo. –Dijo mi padre–

+Buenos días papá. –Dije medio bostezando–

-¿Cómo te encuentras hoy?

+Mejor, aunque la muñeca –le miré dolorida–
aún me duele bastante.

-Te hiciste un corte bastante grave, pero no te preocupes, se curará. –Una sonrisa enorme surgió de su boca–

+Te quiero.

-Yo también a ti, mi pequeña. Por cierto, ¿hablaste ayer con Dani?

+Sí, ¿por qué?

-Curiosidad...

+Papá, ¿qué estás pensando? Suéltalo.

-Es mono, ¿no? –Dijo con un tono pijo–

+Solo somos amigos. –Arrugué la frente–

-Vale, vale.

De repente entró la doctora Luisa a la habitación, con una sonrisa radiante.

-¡Buenos días! Dentro de una media hora te darán el alta Lola.

+Genial –Le dije sonriendo–

-Recuerda que te tienes que curar el corte con muchísimo cuidado, ¿vale?
María me ha dicho que te recuerde que el Lunes te espera aquí.

+Entendido, no hay problema.

Luisa salió de la habitación con unos andares bastante peculiares.

Rápidamente me vino a la mente Ángela, le mandé un mensaje diciendo que no se preocupara, que dentro de nada estaba en casa.

-Bueno cariño. Vete arreglando, que dentro de nada nos vamos.

+Si papá, dentro de nada estoy.

Me vestí y me asee un poco.

Cuando por fin entré en casa, me tiré al sofá suspirando aliviada.

-Lola, yo me tengo que ir a trabajar, pedí el día libre, pero ya sabes que me es muy difícil..

+No te preocupes, estaré bien, yo descansaré un poco. Alomejor me pongo una peli.

-¿Estarás bien seguro? Recuerda que dentro de una hora tienes que curarte la muñeca, ten cuidado al quitarte la gasa, todo lo necesario lo tienes en el baño de arriba. –Hablaba muy nervioso–

+Tranquilo, ¿vale? –Le abracé–

-Vale, llámame si me necesitas, por favor. –Me dio un beso en la mejilla– Hasta luego cariño.

Al irse mi padre, lo primero que hice fue darme un baño bien calentito, ponerme mi pijama, y curarme la muñeca. Al terminar, me dispuse a hacer un maratón de pelis de terror, que me encantaban.

Embobada viendo la película, con media cara tapada con la manta, de repente di un brinco, sonó el timbre. ¡Qué susto!
Puse la película en pausa, y fui hacia la puerta, un poco asustada por la maldita película.

-Hola Lola.

+¡Dani! –Di un grito de la emoción y le abracé– Dijiste que me ibas a avisar.

-Preferí darte una sorpresa. –Me abrazó más fuerte–

+Pasa, estaba haciendo maratón de pelis de terror, ¿te apuntas?

-Por supuesto.

Hicimos palomitas, y nos sentamos en el sofá con la manta.

-Me encanta esta peli, da muchos sustos.

+A mí también. –Sonreí–

Mientras transcurría la película, ninguno de los dos hablaba, excepto algunos comentarios sobre la película excepcionales.
De repente, inconscientemente me acurruqué en el hombro de Dani.
Cuando me di cuenta, me quité bruscamente.

+Perdona, ¿te molesto? No me di cuenta. –Dije nerviosa–

-Nunca molestas.

Volví a apoyarme en su hombro, esta vez más cómoda.
Y es que, que cómoda me sentía con Dani, era como estar en completa armonía.
Él pasó su brazo por mi cabeza, posándolo delicadamente sobre mi hombro.

+Estoy muy agusto, necesitaba muchísimo un momento así.

–Me miró dulcemente–

-Estás preciosa.

–Ese comentario me pilló desprevenida, y comencé a ponerme nerviosa–

Me quité de su hombro nerviosamente, y me senté recta.

-¿Te molesta que te lo diga?

+Nada de eso Dani, pero ya sabes que yo no estoy acostumbrada a esto.

–Se acercó más a mi lado, y giró mi cabeza hacia él–

-Acostúmbrate.

Acercó sus manos a las mías, acariciándolas muy suavemente, tanto, que me estremecí por completo.

Las acariciaba con delicadeza, mientras sus ojos color marrón, casi negros, invadían mi mirada.

No decía ni una palabra, simplemente me miraba, y con eso era suficiente.

Yo estaba embobada mirándole.
Comenzó a acariciarme las mejillas, que por momentos, empezaron a coger un delicado color rosado.

Sin una sola palabra, se acercó a mi cara.
Yo estaba pasmada, sin saber cómo reaccionar, cuando de repente, me besó.
Sus delicados labios se juntaron con los míos...
Comenzó a besarme más apasionadamente, sentía sus ganas.

Yo le correspondía el beso, sin razón alguna, dejé de tener control en mi misma.

El timbre comenzó a sonar.

+Dani, Dani... para, tengo que abrir. –Me quité–

-Perdona. –Dijo sofocado–

Me levanté del sofá, me intenté calmar un poco por todo lo que había pasado, y me dirigí hacia la puerta.

-Hola Lola, ¿cómo estás?

+Marcos...

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Foto: Marcos :)
¡Mil gracias por leer!

El desafío de Lola.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora