2. Siempre.

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Llegué a mi casa, tan silenciosa como siempre. Mi padre estaría trabajando en la fábrica, se pasaba casi todo el tiempo en esa maldita fábrica.

Ya era sábado por la noche, y no tenía ningún plan, salvo darme un baño.
Adoraba sentir el agua caliente por mi piel, era tan placentero, me daba tanta paz. Me recordaba a cuando era una simple niña.

Al salir del baño, escuché el timbre de mi casa. Me resultó bastante extraño, porque mi padre no salía del trabajo hasta más tarde.
Me puse el albornoz, y salí corriendo abrir la puerta.

-¡Sorpresa!

+Dani, ¿Qué haces aquí?

Dani era uno de mis mejores amigos. Le contaba todo.
Sabía todo lo que me pasaba, y lo podrida que podía llegar a estar por dentro.
Dani era de Barcelona, por lo que nos veíamos poco.

-Pues que he pensando que te vendría bien tener un poco de compañía este finde, ¿no crees?

Sonreí como una idiota.

+Anda pasa, espérate que me voy ha vestir.

-No hay problema pequeña.

Me fui a vestir a la habitación, me puse bastante cómoda. Mis pantalones de estar por casa, mis calcetines, camisa ancha, y coleta. Súper guapa...

Dani era un cielo de persona, en realidad siempre he pensado que sería mi chico ideal. Pero lo veo más como un hermano que otra cosa.

+Ya estoy aquí, me he puesto de gala para ti, como puedes comprobar.

-Estás preciosa. —Sonríe timidamente—

+Bueno, y cuéntame, ¿Qué tal por Barcelona?

-Pues todo muy bien, sigo estudiando fotografía, mi familia todo bien, ninguna novedad. La única era que te echaba de menos. —Hace una pausa bastante larga— Pero, en fin. ¿Tú que tal peque?

+Bueno, yo... Ya sabes, como siempre. Podría estar mejor. Pero en fin, no estamos aquí para hablar de mis penas. Además, ahora que estás aquí, todo va mucho mejor. —Le sonreí—

-Lola... bueno, da igual.

+No, Dani, ¿Qué pasa?

-Necesitaba mucho verte...

+Yo también a ti, sabes que eres mi mejor amigo, y que estés lejos, me es difícil. Pero... ¿Ha pasado algo? Te noto muy extraño Dani.

-En realidad, no a pasado nada importante, solo que... Bueno, me cuesta esto...

+Dani, sabes que hay confianza, dímelo sin tapujos, ¿qué te ocurre?

-Lola, no sé como decirte esto, joder, me gustas, ya lo he dicho.

Me quedé pasmada mirándolo.

+¿Qué?

-Lo que has oído.

+Dani... Sabes que yo te veo como a un hermano... Esto es muy extraño para mi...

-Tienes razón, olvídalo. He sido un estúpido al venir aquí, para decirte esto. Mejor me voy.

Se levantó muy rápido hacia la puerta.

+Espera, no te vayas...

-Lola, ya he hecho demasiado el ridículo, ¿vale? No me lo tomes en cuenta. Ya te llamo cuando llegue a Barcelona.

Y se fue. Se fue sin más. No me dio tiempo ni a despedirme de él, ni a decirle que pensaba.
Estaba muy confundida, tanto, que habían surgido algunos sentimientos en mi que nunca había sentido.
¿Qué me pasaba?

No entendía nada de lo que había ocurrido esa noche, así que decidí analizarlo todo. Pero seguía sin llegar a ninguna conclusión, estaba confundida por completo.

Los para siempre no existen. Era mi única conclusión, no creía en ellos, y no iba a ser la tonta que callera en esa mentira. O por lo menos, lo intentaría.

El desafío de Lola.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora