Capitulo 8: "Llamadas extrañas"

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Me quedé un rato en silencio, sin nada que decir.

Aunque nos conocíamos desde hace poco, era como si lleváramos toda la vida juntos.

-Pero... No puede ser. ¿No puedo ir contigo? No me importa lo que diga mi madre, iré contigo a donde haga falta.

-Lo siento Sonia, pero me ha surgido un trabajo allí. No puedo desperdiciar esta magnífica oportunidad.

-¿Qué trabajo? Si ya tienes trabajo aquí, una novia... ¿Qué más quieres?

-No te lo puedo decir, pero te prometo que te lo explicaré. Solo dame tiempo, por favor.

-No tengo nada de eso ya.

Suspiré y salí de clase muy cabreada.

No podía creer que se fuera. Alguien con quien estaba a gusto, la persona con la que las horas se pasaban en minutos... Y no me iba a quedar nada.

Llegué a la puerta principal del instituto y vi a una chica de unos 16 años, un poco bajita y delgada.

Se me quedó mirando un rato, y al de unos segundos, apartó la mirada.

No sabía quien era, pero me resultaba muy familiar, como si la hubiera visto antes, en alguna ocasión.

Me apoyé contra el muro de piedra del insti, y saqué el movil de la mochila.

« 10 llamadas perdidas. »

Todas ellas de un número desconocido.

¿Quién me habría llamado mientras estaba en clase?

Ring. Ring. Ring.

Me estaba llamando de nuevo.

Pensé en cogerle o no, pero me comía la curiosidad, así que decidí contestar.

-¿Sí? ¿Quién es?

-Me sorprende que me preguntes eso, Sonia.

Oí un ruido y miré hacia los lados. La chica que estaba en frente del insti había desaparecido.

-Dime quien eres o te juro que llamaré a la policía.- le dije.

- Estoy segura de que no lo harás.

Colgó.

Guardé mi móvil atónita.

¿Estaría relacionado con Carlos? ¿O con la chica?

Si de algo estaba segura, era de que esa persona me conocía realmente bien.

Con miedo, salí de aquel lugar y me dirigí a casa. Llamé al timbre dos veces, y me abrieron.

-¿Y esa cara? ¿Que te ha pasado?

Lo que faltaba, el famoso interrogatorio de mi madre.

-Nada, es ... Olvídalo.

Había cometido un error. No sonaba nada convincente.

-Sabes que no te dejaré hasta que sepa la verdad. Así que, ¿que tal si nos ahorramos el discurso de que no te ha pasado nada, y me cuentas que te ha pasado realmente?

Tenía razón, y a pesar de no querérselo decir, sentía la obligación de contárselo.

-¿Puedes llamar a ese amigo tuyo, el ex policía? Ya te contaré más adelante, necesito que le llames.

Sacó la agenda de teléfonos y buscó el número de Graham.

Señaló con el dedo.

Marqué el teléfono y me respondió al instante.

-¿Si? ¿Quién es?

-Hola, soy la hija de Thea. ¿Sigues sabiendo como rastrear una llamada? Necesito que lo hagas por mí.

Seduciendo a mi profesor [Carlos Marco] EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora