Capitulo 6 "Castigo"

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CAPÍTULO 6:

Le sacamos rápidamente pero no parecía que respirase, ni siquiera su corazón palpitaba.

Carlos y yo estábamos en pleno pánico, a mí se me iba a salir el corazón de la órbita.

Pensé en que les diríamos a sus padres, ¿que en vez de dar clase estábamos tirándonos por el acantilado?

Pensarían que estábamos locos, y de lo contrario no me dejarían ver más a Carlos y a Blas, y por una extraña razón, eso me preocupaba.

Miré a Carlos, pero observé que ya no me estaba mirando a mí, sino a la pierna de Blas, que estaba sangrando a más no poder.

Carlos llamó a la ambulancia, y yo mientras estaba pensando si hacerle el boca boca.

Una voz en mi cabeza, decía que si se lo haría y al contrario, había otra que me decía que no.

Me guié por las buenas intenciones, al fin y al cabo es lo que siempre me dicen mis padres y siempre me va bien.

Nada más pegar mis labios a los suyos, oí un sonido cada vez más fuerte.

Había llegado la ambulancia.

Aparté mis labios y me puse de pie junto a Carlos.

-¿Que ha pasado?

Hablamos los dos a la vez y cada uno decía una excusa diferente.

-Pues... Se ha... Chocado con una roca...-miré a Carlos con cara de inocente.

-Lo que quiere decir Sonia, es que... Estábamos sentados al borde del acantilado y Blas, sin querer se cayó y se chocó con una roca.

Asentí. No sabíamos si la excusa fuera a funcionar pero teníamos que intentarlo.

-Ah, -nos dijo con arrogancia- Dani, llévalo a la camilla.

-Está bien...

Un chico salió de la furgoneta y cogió a Blas de los hombros, tirándole con fuerza a la camilla.

-Con cuidado, por favor.-dije preocupada.

Aquel chico alzó la vista para mirarme, y un segundo después la retiró para llevar la camilla a la furgoneta.

Me di cuenta de lo guapo que era el chico. Tenía unos ojazos azules verdosos y el pelo rubio echado hacia arriba con gomina.

Vestía con ropa de marca y llevaba unas zapatillas de la marca 'Onitsuka Tiger' como las de Carlos.

-¡¡Hermano!!-dijo Carlos gritando.

Salió de la furgoneta y nada más darse la vuelta, se le pusieron los ojos como platos al verle.

Corrieron para darse un abrazo, y yo aún seguía estupefacta.

-Cuanto tiempo sin verte... -Carlos no pudo evitar que se le cayera una lagrima- pensé que nunca más volvería a verte.

-Pues ya sabes, aquí estoy-le sacó una sonrisa.

-Blas está inconsciente, ¿recuerdas? Necesita ayuda médica. ¿Podéis seguir con esto más adelante?-dije con exasperación.

El chico se sonrojó y se metió en la furgoneta rápidamente.

Nosotros le seguimos y nos sentamos en el suelo.

Arrancó el motor y me puse al lado de Blas, dándole un beso en la frente, como si le estuviera dando las buenas noches a un niño.

Llegamos al hospital, y nos mandaron quedarnos en la sala de espera.

Yo no dejaba de mover el pie de arriba a abajo. Estaba muy nerviosa.

Cinco minutos después, Carlos me paró la pierna y me dio un beso en la mejilla.

-Todo saldrá bien, te lo prometo.

Le saqué media sonrisa, al fin y al cabo no tenía ganas de nada, incluso ni de hablar con él.

Una hora y un minuto después, un médico tocó la puerta y todos dejamos lo que estábamos haciendo y nos alarmamos.

Abrió la puerta, y empezó a decir tranquilamente, como si nada de lo que estuviera haciendo le interesase:

-Solo los familiares pueden entrar a verle.

Miré hacia mí alrededor, no había ningún familiar de él, sólo pacientes esperando a que les dejaran ver a sus hijos, Carlos y yo.

-Vete tú, aguardaré aquí. Tu novio te espera, hija.

Le miré extrañada, ¿se estaba haciendo pasar por mi padre? ¿Y yo me estaba haciendo pasar por el novio de Blas?

El medico nos estaba mirando. Yo avancé hacia él para que me dijera donde estaba.

Me guio hasta su habitación, y me cerró la puerta para que pudiera estar a solas con él.

Allí estaba él con aparatos por todas las partes del cuerpo, y con los ojos cerrados.

Había un pulsímetro a mi lado y, aunque yo no sabía mucho de esas cosas, me alegré porque parecía que estaba despierto.

Pensé en todos los momentos que habíamos vivido juntos, desde aquel momento que nos conocimos en el parque hasta la cena juntos.

Me senté en la camilla a su lado, y se me cayó alguna que otra lagrimilla.

Le miré de nuevo, tenía cara bonita hasta durmiendo.

De repente, algo entre las sabanas se movió.

-¡Buhh!

Grité a más no poder.

-¿¡Blas...!?

Abrió los ojos y me miró.

De pronto, entró alguien en la habitación. Era un médico.

-¿Os pasa algo? ¿Necesitáis ayuda?

Me disculpé.

-Sonia, te tienes que ir ya. Podrás ir a visitarle mañana.

Cuando me di la vuelta, me di cuenta de que había vuelto a cerrar los ojos.

Le di un beso en la mejilla y le susurré:

-Te prometo que mañana volveré a verte.

Salí de la sala y Carlos me acompañó a casa. Mis padres ya habían llegado, menuda bronca me iba a caer... Además, tenía 10 llamadas perdidas, y 100 mensajes suyos. Seguramente estarían muy preocupados.

Abrí la puerta intentando hacer el menor ruido posible, pero allí estaban mis padres, en la cocina, con un agente de policía.

-Hola mamá. -dije muy bajito.

-Creo que me debes una disculpa,-dijo realmente enfadada- pero, ya me lo contarás mañana, cuando piense en que castigarte. Recuerda, mañana tienes que ir a clase.

Mierda, se me había olvidado. Había estado tanto tiempo fuera que pensaba que ya me habían dado las vacaciones.

Me metí la cama y apagué la luz.

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Abrí un ojo, y vi que salía mucha luz por la habitación de al lado. Me froté los ojos y me levanté.

-¡Cariño! Es hora de desayunar. -gritó mi madre.

Al ver que aún estaba dormida, me dio unos golpes en la espalda y me dijo:

-Recuerdas lo de ayer, ¿verdad?-iba a decirle que no pero se precipitó ella a decir- no te hagas la tonta, sé que te acuerdas de lo que te dije. Pues verás, ya sé cuál va a ser el castigo.

Se me puso la carne de gallina, mi madre era muy rara para castigos.

-No vas a salir de casa en un año.

-¿¿QUE??

-Lo que has oído, no creo que estés sorda.

Era lo peor que me podría haber dicho. Ya no podía ir al hospital a ver a Blas ni salir con Carlos.

A menos, que me escapara.

Seduciendo a mi profesor [Carlos Marco] EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora