CAPÍTULO 2:
Salíamos del instituto, yo iba detrás de él. Podía observar su manera tan peculiar de andar.
-Pase señorita -me dijo, indicando a su coche.
Era amarillo, supuestamente su color favorito, de la misma marca del coche de mi padre: 'Citroën'. Era ese tipo de coche fantástico que sale en la tele.
Pasé a dentro, su coche olía al mismo perfume que llevaba por todo el cuerpo. Encantaría poder verlo, seguro que sería tan bonito como él.
-¿Hace cuánto tiempo que llevas en esta ciudad?-pregunté curiosa.
-Muy poco, yo soy de Alicante, San Vicente del Raspeig.
-Tienes una gran habilidad conduciendo. -le dije, pero él me miró muy sorprendido.
-¿De verdad? Hace una semana que me saqué el carné, estoy un poco preocupado. Siempre se quejan cuando conduzco yo, por algo será...
Apoyé mi mano hacia la suya, deslizándola con cariño.
De repente, se paró el coche de un frenazo, y aparté mi mano de la suya. Me miró un poco preocupado y desconcertado.
-¿Estás bien? ¿Te ha pasado algo? Joder, ya te dije que...
-No me ha pasado nada. Me siento a salvo contigo.
Él me sonrió. Nuestras miradas se cruzaron. El calor me invadía por todo el cuerpo.
-Sera mejor que vayamos andando lo que nos quede de trayecto. -me dijo él.
Asentí con la cabeza.
Anduvimos sin decir ni una palabra. Hasta que llegamos al Burger King.
-Ya estamos aquí preciosa.
¿Que? ¿Me había dicho preciosa? ¿Acaso estaba soñando?
Miles de preguntas me invadían la mente, pero ahora no tenía tiempo de pensar. Únicamente tenía que vivir el momento.
Fuimos a una mesa doble, y me cedió la silla como un auténtico caballero.
-Ahora vengo, voy a pedir las hamburguesas. ¿Quieres algo para beber?
-Una Coca Cola por favor.
-¡Marchando!-me dijo sonriente.
Encendí el móvil. 5 llamadas perdidas. 486 Whats Apps. 10 SMS nuevos. Miré rápidamente, era Claudia. La llamé.
-¿Pero dónde te has metido? Estaba esperándote en la puerta del colegio. ¡Menudo susto me has dado!
-Lo siento mucho.
-¿Dónde estás ahora mismo?-me dijo. Se nota que estaba preocupada por el tono, ¡hablaba como mi madre!
-No te preocupes, estoy con Carlos.
-¡¿Queee!? ¿Aún sigues en el insti?
-No, estoy en Burger King. -de pronto, vino Carlos con las hamburguesas y las bebidas. -Lo siento, te tengo que colgar. Nos vemos mañana.
-¿Quién era?-preguntó curioso.
-Era... Bueno, no importa. ¡Qué buena pinta tienen las hamburguesas!
-¡La verdad es que sí! Tengo parte del mérito de que las hamburguesas estén ricas.
-¡Qué va! ¡Tú no has hecho nada mentiroso!- le vacilé.
-Claro que sí. Las he traído hasta aquí. -me dijo guiñando un ojo.
Las conversaciones con él siempre eran divertidas. Nada que ver con Santi, mi antiguo profesor.
-¿A qué hora te vas a casa normalmente? -dijo interrumpiendo mis pensamientos. - quiero decir, ¿que hasta que hora te dejan estar en la calle?
-Depende del momento... -le dije con mirada traviesa.
Observe como me miraba. Sus labios se curvaban en una leve sonrisa.
-Ven aquí quiero enseñarte algo... -me dijo señalando a una puerta.
La idea de estar a solas con él me intimidadaba demasiado, pero a la vez tenía unas ganas tremendas de besarle. Nunca me había pasado algo similar con ningún chico, es decir, soy una chica muy simple y nunca me había fijado en los chicos tanto como me estaba fijando en Carlos en estos momentos. Sólo le conocía de hace un par de horas y era como si le conociera de toda la vida.
Entramos por la puerta, cerrada con llaves que estaba a oscuras pero pronto encendió dos velas que habían a los lados.
El pasillo era muy estrecho, por lo que nos costó mucho llegar hasta la otra esquina. Tras andar poco menos de 10 minutos, uno detrás de otro, llegamos a una puerta. La abrió y nos encontramos a una sala muy amplia, nada comparada con la anterior.
-Ya hemos llegado señorita. Bienvenido a mi lugar para pensar.
Abrí la boca de par en par. Tenía todo lleno de velas, era un lugar muy romántico, pero también había muchas películas. La mayoría de ellas, de Harry Potter.
-¿Y todo esto es tuyo?-le pregunte asombrada.- ¿Lo has comprado tú?
-Este lugar lleva aquí muchas generaciones de mi familia. Y ahora te lo enseño a tí porque creo que ha llegado el momento.
-¿El momento de qué?
Sus manos rodearon mi cintura, y justo en ese momento, se oyó un sonido que venía de un móvil.
-¡Mierda! Mi madre. -Suspiré.
Le solté. Él me miro extrañado.
-Lo siento, me tengo que ir. - le dije.-Pero me dijiste que no había nadie en tu casa, -me dijo tirando fuertemente de mi brazo- no te puedo dejar sola.
ESTÁS LEYENDO
Seduciendo a mi profesor [Carlos Marco] EDITANDO
FanficEn todos los institutos hay un profesor chapas, y si ese profesor se va del insti, se organiza una gran fiesta... Eso sí, hay que tener en cuenta que vendrá un profesor a sustituirle, y lo peor que podría suceder sería, enamorarte de él.