|CAPÍTULO CINCO|

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«Mabel»

Creo que fui un poco... malvada con Dipper, no debí dejarlo abandonado. Pero que va, está hecho ¿Qué es lo que podría hacer?

Cuando llegué a mi hogar, eran casi las 11:00 pm, para ser exacta, 5 minutos para las 11:00.

Abrí con cuidado la puerta, al parecer Dipper estaba dormido, porque ninguna luz estaba prendida y la casa sumida en un gran silencio.

Sonreí, me quite los tacones para no hacer ruido al subir las escaleras, pero una mano en mi cintura, y otra en mi boca, evitaron el que subiera.

—¿Qué son estas horas de llegar, jovencita? —murmuró, seductoramente, Dipper en mi oído.

Una gran electricidad recorrió por todo mi cuerpo junto con el calor que había subido a unos cuarenta y ocho grados.

—No tengo porque dar explicaciones —respondí juguetona.

—Oh claro que sí, soy tu hermano tienes que darme todas las explicaciones que yo te pida —dijo subiendo una mano delicadamente por todo mi estómago hasta llegar a uno de mis pechos.

Mordí mi labio seductoramente.

—Y si... ¿Me niego? —rodee su cuello con mis brazos.

—Aténtate a las consecuencias, Mabel Pines —acerqué mi rostro al suyo, para fundirnos en un dulce, pero desesperado, beso.

La mano de Dipper comenzó a desabotonar la camisa que llevaba puesta, bajándola lentamente por mis hombros.

Me separé de él, lo tomé de la mano y fuimos escaleras arriba. Llegando a la habitación de Dipper, él cerró con seguro. Se giró hacia mí y empezó a besar mi cuello, de una forma salvaje.

De gemidos y jadeos comenzaba a llenarse la habitación, junto al sonido de nuestros labios chocar.

—Esta vez no te me vas a escapar, Mabel Pines —dijo agarrando mis dos muñecas y pegándolas en la pared—. Te voy hacer mía.

—Ah... —gemí, no pude evitarlo.

Sería genial decir que no me sonroje, pero sería mentira. Dipper rio y me volvió a besar con dulzura.

Tomo mis manos y me jalo poco a poco hasta la cama, sin dejar de besarnos en ningún minuto. Me senté en la cama y él se puso encima de mí.

—Te... amo —susurro entre besos.

Me quedé atónita, mi corazón latía a mil por hora, y lo oía retumbar en mis oídos.

—Yo... —jadee—. Yo también... Te Amo.

En su rostro estaba pintada una sonrisa. Se acercó a mí, deslizando mi short negro por mis piernas. No me quedé atras. Cuando se deshizo de mi prenda inferior, comencé a desabotonar el pantalón de Dipper.

—J-Joder M-Mabel... —gimió cada vez que pasaba las yemas de mis dedos por su entrepierna

Sonreí inocente y me quite inmediatamente mi top blanco. El hizo lo mismo con su playera. Ahora solo quedaban las prendas menores. Me acerque a Dipper y volví a besarlo, desesperada, ansiosa. Lo necesitaba, lo quería.

—Dipper... eres la mejor cosa... q-que me ha pasado —dije viéndolo a los ojos mientras acariciaba su mejilla.

Una capa de sudor se encontraba en su frente por lo que pase mi mano por ahí de una manera delicada para quitársela.

—Tú también eres la mejor cosa que no merecía que me pasara.

Sonreí, sellando nuestros labios en un beso. Me recosté en la cama, sin romper el beso, tomando del cuello a Dipper para que también se inclinara al frente.

Forbidden PassionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora