ocho

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Querido Paulo:

Lo has logrado, lograste convencerme de hablar contigo a través de mi hermano, quien llegó del parque con un ramo de flores y una nota con la dirección del restaurante donde nos veríamos. No negaré que estaba nerviosa, y que apenas puse un pie fuera del auto me arrepentí totalmente, pero era tarde.

Mis ojos vagaron por todo el lugar, buscando al chico de 22 años que es dueño de mis pensamientos desde el último mes.

Y ahí estabas, sentado en una mesa algo apartada y con tu clásica sonrisa en los labios; sentí un escalofrío recorrer mi espalda cuando tus ojos se encontraron con los míos, entonces supe que intentar parecer fuerte sería en vano, porque frente a esos ojos yo era totalmente débil, y es que no se puede ser fuerte con quien es tu debilidad, Paulo Dybala.

Anna.

Dear Paulo; Dybala [1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora